La 57ª edición del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, ni más ni menos, se celebrará del 3 al 13 de octubre, y lo hará bajo la imagen gloriosamente deformante de uno de los grandes clásicos de la Historia del cine. 92 años después de su impactante estreno, el espíritu de los Freaks de La parada de los monstruos, tomará las calles y las salas de proyección de Sitges.
Sin lugar a dudas, el film de Tod Browning supone uno de los hitos que mejor puede explicar el poderoso sentimiento de comunidad alrededor del cine fantástico. A esto cabe sumar, de forma orgánica, el contagioso ambiente festivo que cada año empapa nuestro Festival… como si éste, en cierto modo, fuera heredero directo de aquellas ferias donde la gente se juntaba para maravillarse y horrorizarse a partes iguales.
Un año más, la identidad visual del certamen surge de la colaboración con las mentes creativas de la agencia CHINA parte de LLYC cuyos representantes, para la ocasión, han emitido la siguiente declaración:
“No sería raro afirmar que el Festival de Sitges es el sitio de lo diferente, de lo extraño, es decir, de lo raro. Y tampoco sería raro pensar que ha sido ese cine distinto y valiente que se ve aquí el que ha dado lugar a una tipología de fan que no se parece al de ningún otro festival. Precisamente eso es lo que hemos querido mezclar en el cartel de esta edición: el poder transformador del cine y el miedo a lo diferente. Para ello, hemos colaborado con el fotógrafo Mikel Bastida en un proyecto en el que se ha intervenido un retrato aplicando químicos sobre las emulsiones del celuloide como se ha hecho históricamente en el cine. El resultado, un rostro distorsionado, deforme. Pero también una metáfora visual que nos habla de cómo tememos a lo diferente, a lo que no reconocemos, y lo excluimos. Aquí eso no pasa, al contrario: se celebra."
Freaks que generan cine y cine que genera freaks. Imágenes de rostros bellos desfigurados por productos y procesos que nos hablan del paso del tiempo… de cómo la adopción de la monstruosidad puede generar un nuevo tipo de belleza: extraña, misteriosa; más magnética si cabe.
SITGES vuelve así a apostar por un impacto visual que invita a disolverse en todas sus capas y texturas; en el conjunto que éstas componen… y que llama a los miembros de la audiencia a abrazar esta nueva apariencia: a convertirse en unx de lxs nuestrxs.
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