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30 junio, 2023

Zinemaldi 2023 Retrospectiva

El Festival de San Sebastián dedica su nueva retrospectiva de cine clásico, coorganizada junto a la Filmoteca Vasca en colaboración con Japan Foundation y Etxepare Euskal Institutua en el marco del programa Euskadi-Japan 2023, al director Hiroshi Teshigahara (1927-2001), autor fundamental del cine japonés de los años 60 gracias a una serie de filmes de poética experimental y a su prolongada colaboración con el escritor Kobo Abe. La única de sus películas que llegó a distribuirse en España, la celebrada Suna no onna / Woman in the Dunes (La mujer de la arena, 1964), resume muy bien aquella época y el estilo de Teshigahara.

Nacido y fallecido en Tokio, Teshigahara estudió primero Bellas Artes y debutó a mediados de los 50 en el campo del corto documental. Interesado por todas las corrientes cinematográficas occidentales que habían mostrado los movimientos de resistencia durante la II Guerra Mundial, netamente el neorrealismo italiano y el cine francés de la época, formó parte de una especie de club denominado Cinema 57, en el que se proyectaban y discutían documentales que en muchas ocasiones no llegaban a verse en las salas comerciales. El manifiesto interés por el cine documental le influiría considerablemente al pasar a la realización de largometrajes de ficción.


Su primer corto, Hokusai, es de 1953 y el primer largometraje, Otoshi-ana / The Trap [La trampa], de 1962. En medio de estas dos fechas ya habían realizado sus primeras películas Nagisa Oshima –el Festival le dedicó su retrospectiva de 2013–, Seijun Suzuki, Shohei Imamura, Susumu Hani, Yoshishige Yoshida y Masahiro Shinoda, nombres representativos de las distintas tendencias de la Nueva Ola japonesa. Teshigahara tuvo un papel más tangencial en este movimiento y una menor repercusión internacional, pese a ganar el premio especial del Jurado en Cannes por La mujer de la arena y ser nominado al Oscar al mejor director y a la mejor película de habla no inglesa por este mismo filme. Pero de una forma u otra estuvo en el centro de aquella agitación conceptual que dio un vuelco al cine japonés a través de nuevas temáticas y formas de filmar.


Fructífera fue su asociación con Kobo Abe, que escribió el guion de La trampa y las adaptaciones de las tres novelas en las que se basan La mujer de la arena, Tanin no kao kao / The Face of Another [El rostro ajeno, 1966] y Moetsukita chizu / The Man Without a Map [El hombre sin mapa, 1968], las obras clave del cineasta. Abe firmó también el guion de Ako, episodio del filme colectivo La fleur de l’âge / Les adolescents (1964), cuatro relatos sobre la adolescencia realizados por Teshigahara, Jean Rouch, Michel Brault y Gian Vittorio Baldi.


Sus últimos trabajos, Rikyu (1989) y Go-hime / The Princess Goh [La princesa Goh, 1992], fueron películas históricas. Rodó también para la televisión y nunca descuidó su práctica documental en formato corto, mediometraje o largometraje. Dedicó dos películas al púgil puertorriqueño José Torres, una al escultor y pintor suizo Jean Tinguely y un filme al Tokio de 1958. Pero su documental más conocido es Antonio Gaudí (1984), excelente aproximación a la figura y obra del arquitecto modernista catalán.


Además de cineasta, Teshigahara fue un maestro en el arte japonés del arreglo floral (ikebana). Desde 1980 hasta su muerte dirigió la escuela Ikebana Sogetsu, que había sido fundada por su padre, y publicó el libro The Art of Ikebana (1997). Estuvo casado con la actriz Toshiko Kobayashi, a quien sólo dirigió en una película, Sama soruja / Summer Soldiers [Soldados de verano, 1972].


En la 71ª edición del Festival de San Sebastián, que tendrá lugar del 22 al 30 de septiembre, se proyectará la filmografía completa de este director relativamente desconocido. Dos de sus películas habían participado en anteriores ediciones del Festival, La mujer de la arena –en el ciclo “Cenizas y diamantes” de la edición de 1985– y El hombre sin mapa dentro de la retrospectiva “Japón en negro” organizada en 2008. El ciclo tendrá como complemento la publicación del libro de Inuhiko Yomota Crónicas de vanguardia. Conversaciones con Hiroshi Teshigahara, traducido del japonés por Daniel Aguilar.




Italia violenta. El cine policiaco italiano

Por otro lado, el Festival de San Sebastián dedicará su retrospectiva de 2024 al denominado poliziesco. Bajo el título Italia violenta. El cine policiaco italiano, el ciclo de la 72ª edición incluirá una selección de títulos de un género que sirvió para realizar un acertado retrato del país y que todavía hoy sigue pendiente de revisión desde un prisma contemporáneo.


Tras sobrevivir a los años del fascismo y de la posguerra, el policiaco italiano pareció encontrar su materialización canónica con la cinta de Pietro Germi Un maledetto imbroglio / The Facts of Murder (Un maldito embrollo, 1959), primera que se desligaba de la imitación del noir francés para fijar un modelo propio que abrirá una auténtica edad de oro para el género. Su evolución será la de la política y la sociedad del país a partir de entonces: si la Italia del boom económico lo trasladará a espacios urbanos y reflejará los primeros conatos de la delincuencia y el crimen organizados, el estallido de mayo del 68, particularmente virulento en Italia, lo conducirá a derivas políticas gracias a realizadores como Francesco Rosi o Damiano Damiani.


La Palma de Oro y el Oscar a la mejor película extranjera obtenidos por Indagine su un cittadino al di sopra di ogni sospetto / Investigation of a Citizen Above Suspicion (Investigación sobre un ciudadano fuera de toda sospecha, Elio Petri, 1970) pareció marcar un punto final para el género, pero lejos de anquilosarlo éste se abriría a nuevas mutaciones: si el policiaco ortodoxo encontraría continuidad gracias a realizadores como Fernando Di Leo, las mafia movies lo llevarían por derroteros desconocidos hasta entonces. Y tras alzarse con la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián, La polizia ringrazia / Execution Squad (La policía agradece, Steno, 1972) abrirá el filón del poliziottesco, espejo de la confusión provocada por la aparición del terrorismo plasmado según los parámetros fijados por la generación de la violencia estadounidense. 


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