Sitges 2019 ~ Día 10

Ayer cerrábamos la última jornada de esta edición, la cual se ha pasado casi sin enterarnos. Es lo que tiene este Festival, desde que empiezas hasta que terminas te sumerge en su magia y hace que te olvides de todo lo que sucede en el exterior. Pero nos quedamos con muy buenas sensaciones, comenzando ya la cuenta atrás para esperar todo un año por delante hasta que empiece la siguiente.

Comenzaba la mañana con la pequeña producción irlandesa Extra Ordinary, escrita y dirigida por la pareja Enda Loughman y Mike Ahern.

Sin saber mucho sobre lo que nos podía ofrecer esta película, la verdad es que la hemos disfrutado muchísimo. Utilizando el ya conocido humor irlandés con el que otras producciones del mismo tipo han pasado por aquí, el argumento se centra en una joven que, sin querer utilizar sus poderes telequinéticos para buscarse la vida, trabaja como profesora de autoescuela en una localidad donde pocos o ningún alumno tendrá para subsistir.

A partir de aquí y con la aparición de un facsímil del ya desaparecido Dr.Jiménez del Oso, la película entrará en una vorágine de risas con la nueva faceta a la que se va a dedicar, explotando su don con la demás gente del vecindario. Sencilla y sin pretensiones, la verdad es que nos ha convencido bastante incluso para ser tan temprano.

La siguiente era la remasterización de un gran clásico de culto como es Crash de David Cronenberg.

Poco o nada hay que decir de esta obra magna, ya que se ha escrito lo incontable sobre ella. Un Cronenberg en estado de gracia nos traía esta propuesta en la que mostraba hasta donde pueden llegar los límites del placer humano. Copia restaurada a partir del material original y con algunas escenas extra añadidas a la versión estrenada en cines, la oportunidad de ver esta película en pantalla grande ha sido más que satisfactoria. Una maravilla.

Y aunque se el último día, tenía que haber en nuestra agenda una película de animación como era la nueva versión de The Addams family de Greg Tiernan y Conrad Vernon.

Nueva visita al clásico televisivo pero esta vez en animación hecha por ordenador. Simpática y con un humor de mala leche (aunque bastante light, para poder abarcar a todo tipo de público), la verdad es que ha sido una película muy entretenida. Eso sí, con mensaje final sobre la inclusión social para que las nuevas generaciones vayan progresando en el tema.

Y para rematar nuestra estancia en el festival, la restauración de esta rareza de los noventa, Tammy and the T-Rex de Stewart Raffill.

Desconocida por muchos, la verdad es que ha sido un acierto total traer la restauración de esta película al Festival para poder verla en pantalla grande. Salvando las (tristes) actuaciones de las dos caras bonitas de Hollywood, la verdad es que por la locura del argumento ya merece la pena dedicarle un par de horas para su visionado.

No se puede esperar nada más de ella que sentarse y disfrutar del sinfín de mamarrachadas y sandeces que pueden aparecer y decirse a lo largo de su metraje. Aún así, dentro de lo que cabe, la película no está tan mal hecha si la comparamos con otras de su misma categoría. Tiene muchos momentos espectaculares para llevarse una vez vista y comentarla mil veces. Maravilla.