Dentro de la Sección Oficial y en el pase matinal para prensa pudimos ver la producción brasileña Pacificado, dirigida curiosamente por el director norteamericano Paxton Winters.
El director nos hace un tour por el interior de sus calles para aproximarnos a la realidad de lo que sucede en Brasil, tomando como base el triángulo dramático entre la joven, su madre y la pareja de ésta, el antiguo líder recién salido de la cárcel. La lucha de él por querer empezar las cosas desde cero haciendo el bien, chocará con las nuevas formas de vivir dentro de la favela y sus normas, aunque luchará por seguir adelante con lo correcto. Una película que aún bien dirigida y con impresionantes imágenes, la verdad es que su historia no termina de enganchar del todo.
La siguiente era la esperada comedia francesa Thalasso, la cual guioniza y dirige Guillaume Nicloux, también dentro de la Sección Oficial del Festival.
Tras un comienzo prometedor donde ya desde los primeros minutos comienzan a soltar buenas perlas, la verdad es que a partir del primer tercio deja de sorprender al espectador cayendo en un repetir de los gags previamente tratados avanzando sin mayor interés en lo que respecta al hilo vehicular. Una pena, ya que se puede observar claramente el potencial que esta pareja puede ofrecernos y no da más que para algunos sketches bien encadenados.
El siguiente era un trabajo documental dirigido por Maider Fernández Iriarte titulado Las letras de Jordi.
Rodado llanamente sin ningún tipo de aspavientos, la directora consigue acercar humanamente al espectador la vida de esta persona, gracias a la confianza que consiguen crearse mutuamente. Aspiraciones, necesidades, miedos, ... todo lo que concierne la forma de pensar de Jordi queda reflejado en esta poco más de hora que dura. Un ejemplo de lucha por vivir.
Ya por la tarde y continuando con la Sección Oficial pudimos ver la producción portuguesa Patrick, del director Gonçalo Waddington.
Tras una premisa bastante prometedora y unos primeros minutos iniciales que podían indicar que la cosa funcionaba, la verdad es que a medida que avanza el metraje se va diluyendo en su propio universo sin ofrecer mucho más al espectador que un relato de desesperanza por un futuro incierto.
Y para terminar el día y dentro de la sección Perlas pudimos ver el último trabajo del ya repetidor dentro de este certamen, el director Ken Loach y su Sorry we missed you.
Siguiendo el patrón de las anteriores, el director consigue llegar al espectador con pequeñas dosis de humor que relucen dentro de la problemática real que nos explica. Un relato que vuelve a calar en la mente del espectador sacando a relucir las precariedades del mundo laboral y el aprovechamiento de los pobres necesitados de un trabajo como sus protagonistas. Vuelve a funcionar, aunque quizá ya vaya tocando un cambio de patrón para llegar a sorprender algo más.
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