01 agosto, 2019
Zinemaldi 2019 Retrospectiva
La retrospectiva de la 67 edición del Festival de San Sebastián mostrará veinte largometrajes que el mexicano Roberto Gavaldón dirigió entre 1945 y 1974. El ciclo, organizado con Filmoteca Española, irá acompañado de un libro monográfico dedicado al cineasta.
La publicación estará coordinada por Quim Casas y Ana Cristina Iriarte e incluirá artículos de Mirito Torreiro, Nuria Vidal, Dolores Tierney, Marina Díaz, el propio Casas y algunos de los mejores expertos mexicanos en la obra de Gavaldón: Rosario Vidal Bonifaz, Carlos Bonfil, Eduardo de la Vega, Fernando Mino, Viviana García Besné, Héctor Orozco, Rafael Aviña y Paula Astorga, exdirectora de la Cineteca Nacional de México. Roberto Gavaldón Arbide, hijo del realizador, participará en la presentación del libro.
El ciclo cuenta con la colaboración de Filmoteca Vasca y el Museo San Telmo, y tras su proyección en el Festival de San Sebastián, viajará a Filmoteca Española, en Madrid, donde podrá verse durante los meses de octubre y noviembre. Algunos de los títulos programados han sido restaurados por la Cineteca Nacional de México y por Filmoteca UNAM.
Roberto Gavaldón (1909-1986) es considerado uno de los directores más importantes del cine mexicano de los años cincuenta y sesenta. Nacido en Jiménez, en el estado mexicano de Chihuahua, en 1909, empezó en el medio trabajando como extra, actor, ayudante de dirección y guionista. Tras algunos trabajos en calidad de codirector, debutó en solitario en 1945 con La barraca, adaptación de la novela de Vicente Blasco Ibáñez en cuyo equipo de realización trabajaron varios técnicos españoles que se habían exiliado en México al terminar la Guerra Civil.
Desde este primer largometraje, Gavaldón destacó por un estilo muy sobrio y clásico, de tipo realista, beneficiado por la colaboración con directores de fotografía como Gabriel Figueroa, Alex Phillips y Jack Draper. Trató por lo general temas melodramáticos. Tanto el estilo como los argumentos escogidos le enfrentarían después con las hornadas de críticos y directores más jóvenes que cuestionaron su predilección por un cine de carácter nacional.
Macario (1960), basada en un relato de Ben Traven –escritor en el que también se inspiró John Huston para The Treasure of the Sierra Madre (El tesoro de Sierra Madre), y al que Gavaldón volvería a adaptar en Rosa blanca (1961) y Días de otoño (1962)–, es una de sus películas más importantes: participó en el Festival de Cannes y fue el primer filme mexicano nominado al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Su protagonista, Ignacio López Tarso (uno de los actores del Nazarín de Buñuel), era una de las estrellas del cine mexicano de aquellos años. Gavaldón también trabajó con otros grandes nombres de la cinematografía mexicana, como María Félix, Dolores del Río, Arturo de Córdova y Pedro Armendáriz, y con la estrella argentina del melodrama Libertad Lamarque.
Durante años fue el mayor representante del cine de su país en los grandes certámenes internacionales. Concursó varias veces en Cannes, Venecia y Berlín, y presentó en la primera edición del Festival de San Sebastián, en 1953, Acuérdate de vivir. Ganó ocho premios Ariel, los galardones concedidos desde 1947 por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas: el primer Ariel a la mejor película fue para La barraca.
Aunque cultivó mayoritariamente el melodrama, tocó diversos géneros como el policíaco, el musical, el fantástico y el drama rural, y realizó un ciclo de western-ranchero con el actor Antonio Aguilar. Entre sus películas destacan títulos como Macario, La otra (1946) –un drama criminal sobre dos hermanas gemelas encarnadas por Dolores del Río, del que se realizaría un remake en Hollywood protagonizado por Bette Davis, Dead Ringer (Su propia víctima, 1964)–, La diosa arrodillada (1947), En la palma de tu mano (1951), La noche avanza (1952) –que tiene como protagonista a un campeón de pelota vasca sin escrúpulos–, El rebozo de Soledad (1952), El niño y la niebla (1953), Camelia (1954), Sombra verde (1954), La escondida (1956) y Miércoles de ceniza (1958). En 1955 fue escogido por los estudios Disney para dirigir una de sus producciones filmadas en México, The Littlest Outlaw (Pablito y yo).
A principios de los sesenta daría un vuelco al tipo de temas tratados y se decantó de una manera más clara por cuestiones sociales y políticas, pero Rosa blanca, sobre la expropiación del petróleo en México, fue prohibida y no logró estrenarse hasta 1972. En Días de otoño, protagonizada por la misma pareja de Macario, Ignacio López Tarso y la actriz descubierta por Gavaldón, Pina Pellicer, relató la oscura historia de una mujer abandonada por su prometido que asegura a todo el mundo haberse casado con él y estar embarazada. A continuación colaboró con Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes en el guion de El gallo de oro (1964), parábola sobre un gallo de pelea según una historia de Juan Rulfo.
En la primera mitad de los setenta realizó tres películas en España: Don Quijote cabalga de nuevo (1973), con Fernando Fernán Gómez y Cantinflas en los papeles del Quijote y Sancho Panza, y dos dramas protagonizados por Amparo Rivelles, La madrastra (1974) y La playa vacía (1977). Estuvo activo hasta 1979, cuando dirigió su último filme, Cuando tejen las arañas, un drama sobre la sexualidad reprimida de una adolescente. Falleció en Ciudad de México en 1986.
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