La primera en nuestra agenda era la producción alemana Ever After (Endzeit), segundo trabajo como largo de la directora sueca Carolina Hellsgård, la cual adaptaba la novela gráfica para público juvenil que lleva el mismo título.
La premisa es el denominador común: nos encontramos ante un mundo apocalíptico donde una plaga está contagiando a los seres humanos convirtiéndolos en zombies, y con ello el resurgimiento de grupos de supervivientes organizados para seguir adelante con sus vidas. El detonante que la diferencia del resto es el motivo por el cual se está alcanzando la extinción de la raza humana, y es que es la propia madre Tierra la que tras sufrir el impacto de nuestra dejadez con ella, es la que provoca un reinicio para poder seguir con vida.
Y es que tras un comienzo que podía augurar un nuevo toque de frescura, la película se va diluyendo poco a poco en una espiral de romanticismo que no acaba de cuajar del todo, haciendo perder el interés por completo sobretodo a partir de su tercer acto y hasta el final de la misma.
La siguiente en el casillero era la producción estadounidense Pledge de Daniel Robbins, una película que mezlca el thriller con el horror y algo de humor en un entretenido resultado que dura poco más de hora y cuarto.
Tomando como referencia el típico grupo de novatos desplazados por la sociedad que pretenden y quieren formar parte de una fraternidad universitaria a toda costa, se les crea una trama a medida para que hagan un recorrido desde el bullying sufrido hasta el triunfo sobre los que les acosan, como una versión de La revancha de los novatos (Jeff Kanew, 1984) pero en su versión más violenta.
Tras una presentación de sus característicos personajes (uno de ellos Zack Weiner, el propio guionista), la película se va diferenciando en sus tramos que irán pasando por un humor universitario típico de cintas ochenteras como la antes mencionada, un acto intermedio donde nuestros protagonistas sufrirán las pruebas a las que sus anfitriones les someten, y acabando en un desenlace con giro final que quizá muchos ya sospechaban. Aún así y sin estar pulida en muchos aspectos, el poco metraje que tiene y el ritmo que se le imprime hacen que no se haga aburrida y acabe siendo un pequeño y disfrutable trabajo.
Y como ayer parecía ser el día dedicado a la figura de Fred Dekker, que mejor que comenzar con el documental dedicado a una de sus películas, Wolfman's got nards de Andre Gower.
Un magnífico trabajo que ofrece el merecido reconocimiento que no tuvo en su momento y que más de treinta años después resurge para mostrarnos los entresijos que supuso su concepción, realización y fracaso en taquilla, para luego vivir una resurrección en toda regla donde nos mostrará como el fandom que hay detrás de ella aún le sigue dando vida.
Tras el mismo, una sesión de cortos internacionales donde pudimos ver los mejores trabajos seleccionados que entraban a concurso.
Y para rematar la jornada las dos películas que como director, Fred Dekker dejó en su legado (sin contar la tercera entrega de la saga Robocop). Las geniales y entrañables Night of the creeps y Monster squad.
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