Segunda jornada de festival en la que se daba el pistoletazo de salida oficial a esta edición, con la gala de inauguración y la entrega de dos de los premios honoríficos que este año se conceden a estrellas del fantástico, siendo uno de los más llamativos el director y guionista estadounidense Fred Dekker, que en horario matinal se presentaba ante la prensa concediendo una rueda de preguntas a los asistentes.
Aún no teniendo una filmografía muy extensa, la verdad es que este director está viviendo una segunda oportunidad en su carrera, sobretodo por este resurgir de los clásicos ochenteros que estamos viviendo desde hace unos años. La mayoría de preguntas que le dirigieron iban encaminadas en cubrir estos aspectos, las cuales fueron contestadas por Dekker aludiendo mayormente a que los que las vimos de jóvenes ahora tenemos ese sentimiento que provoca su rescate para convertirlas en películas de culto. Según comentaba, ojalá hubiesen tenido tanto éxito desde un primer momento, ya que quizá su carrera profesional hubiese sido más productiva. De todas formas, vuelve a estar en primera línea con algunos proyectos que ya tiene en marcha.
Así pues, la tarde comenzaba con el espectáculo inaugural y la correspondiente entrega de premios. Una gala conducida un año más por el actor Lander Otaola, la cual incluía varios números musicales vinculados al leitmotiv de esta edición, en la cual hicieron partícipes al público en una comunión por la afición al género fantástico. Entre medias de todo ello, los correspondientes vídeos homenaje a las dos estrellas del fantástico, el antes mencionado Fred Dekker y al escritor y crítico de cine Javier G. Romero por su trayectoria profesional y si vinculación con el festival, habiendo sido promotor del mismo y director de las primeras 5 ediciones.
Al finalizar se dio paso a la proyección de la película que abría de forma oficial la programación cinéfila de esta edición. Se trataba de la ópera prima del director brasileño afincado en Estados Unidos Joe Penna, la cual había sido incluída en las pasadas ediciones de Cannes y de Sitges, Arctic (2018).
Una película más que hace referencia al desafío de sobrevivir en condiciones extremas, siendo lo más llamativo de la misma el tener como protagonista principal al reconocido actor Mads Mikkelsen, el cual soporta durante los más de noventa minutos que dura el peso de ser el protagonista (casi) único de una forma más que solvente. Más allá de aquí, la historia que nos cuenta el director no destaca por incorporar elementos novedosos sino mas bien un compendio de otras películas del mismo subgénero.
Aunque bien rodada, y teniendo las dificultades de hacerlo en una localización con el tiempo tan extremo y variable como es Islandia, la verdad es que aún sin hacerse pesada no tiene el atractivo suficiente como para considerarla una película inaugural, sobretodo teniendo en cuenta que hablamos de las bodas de plata del mismo.
Y tras un breve descanso, terminaba la jornada con la proyección de los 10 cortometrajes vascos seleccionados a competición, destacando entre ellos El fin de todas las cosas, de Norma Vila.
Por lo demás, en rasgos generales, la calidad de la mayoría de trabajos proyectados parecen tener más preocupación por el continente que por el contenido, buscando más que la forma de expresión sea precisa, técnica o novedosa, pareciendo dejar al margen la importancia o interés que la historia en sí pueda generar en el espectador. Una lástima, ya que se han proyectado algunos que con un balance entre estos dos aspectos podían haber tenido como resultado un gran corto.
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