No chance, no help, no escape...
- Título traducido: Llegan sin avisar
- Director: Greydon Clark
- Guión: Lyn Freeman, Daniel Grodnik, Ben Nett, Steve Mathis
- País: Estados Unidos Año: 1980 Duración: 89 min.
- Música: Dan Wyman Fotografía: Dean Cundey
- Compañía: Heritage Enterprises Inc.
- Intérpretes: Christopher S. Nilson, Jack Palance, Martin Landau, Tarah Nutter, Cameron Mitchell, Neville Brand, Ralph Meeker, Larry Storch, Kevin Peter Hall, David Caruso
- Género: Terror, Ciencia Ficción
Están sucediendo cosas muy extrañas en los alrededores del lago a las afueras del pueblo y solamente uno de los vecinos sospecha qué puede estar pasando. Pero cuando unos jóvenes vuelven alterados tras ver muertos a sus amigos y a otras personas que previamente habían desaparecido, éste dará por certeras sus confirmaciones e intentará dar caza al ente que les acecha...
Con un Jack Palance de capa caída aunque muy profesional en sus labores actorales y tras varios minutos de idas y venidas con los chavales desorientados y afectados por los sucesos que se acontecen, nos deja caer la teoría de que la amenaza que les acecha es un alienígena que disfruta dando caza a los humanos que se acercan por la zona, como si de un deporte se tratase, como si de acumular trofeos fuese la cosa. Entonces es cuando el chip se enciende y lo primero que viene a la cabeza es, como no, Predator (John McTiernan, 1987). Es una curiosidad, sí, pero ahí queda como con una diferencia de siete años y algo más de billetes en la cartera, dos ideas se asemejen tanto y tengan resultados tan diferentes en su forma. Existen buenas comparaciones por internet para indagar un poco más en el tema.
Y es que no solamente tenemos a esta vieja gloria del séptimo arte participando en esta piniculilla barata. También tenemos en una línea similar al bueno de Martin Landau ejerciendo de militar veterano paranoico, a una corta interpretación de Cameron Mitchell como capitán de unos chavales boy scouts, y para los no tan viejos a un jovencísimo David Caruso en su primer papel dentro de un largometraje. Pero lo que realmente llama la atención y que no queda acreditado es la participación de nada más y nada menos que Rick Baker como creador de la cabeza del alienígena. Y es que se quiera o no, todos tenemos un pasado...
Pero bueno, sin ir más allá para no destripar el contenido de este suculento tesoro que mezcla ciencia ficción y terror, la verdad es que es bastante disfrutable, siempre y cuando se tenga en cuenta al tipo de producto que nos estamos enfrentando. Todo es un batiburrillo de ideas que pocas veces llegan a buen puerto por su mala gestión técnica, muchas de ellas recogidas de los clásicos de finales de los setenta y otras que hoy día quedan ya desfasadas, pero el conjunto es mucho más decente que otras de su mismo rango. En definitiva, una pequeña joya trash a rescatar para, como mínimo, echar unas risas con los colegas en esas noches grindhouse...
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