Espacio sobre cine fantástico, ciencia ficción y terror, donde le damos cobijo a todo tipo de películas...

14 septiembre, 2022

Without warning

No chance, no help, no escape...

Caratula
  • Título traducido: Llegan sin avisar
  • Director: Greydon Clark
  • Guión: Lyn Freeman, Daniel Grodnik, Ben Nett, Steve Mathis
  • País: Estados Unidos Año: 1980 Duración: 89 min.
  • Música: Dan Wyman  Fotografía: Dean Cundey
  • Compañía: Heritage Enterprises Inc.
  • Intérpretes: Christopher S. Nilson, Jack Palance, Martin Landau, Tarah Nutter, Cameron Mitchell, Neville Brand, Ralph Meeker, Larry Storch, Kevin Peter Hall, David Caruso
  • Género: Terror, Ciencia Ficción
Sinopsis
Están sucediendo cosas muy extrañas en los alrededores del lago a las afueras del pueblo y solamente uno de los vecinos sospecha qué puede estar pasando. Pero cuando unos jóvenes vuelven alterados tras ver muertos a sus amigos y a otras personas que previamente habían desaparecido, éste dará por certeras sus confirmaciones e intentará dar caza al ente que les acecha...

Carátula hartamente vista en los videoclubs de barrio cuando los viernes paseábamos por sus pasillos en busca de nuevos títulos que consumir el fin de semana, aunque he de confesar que nunca pasó por los cabezales de nuestro reproductor VHS por muchas ganas que le tuviese. No era apta, decían. Pero tras tantos años transcurridos y tener la posibilidad de ver una copia en BluRay, he de decir que para ser una serie B de muy bajo presupuesto me ha sorprendido bastante, sobretodo después de esperar una broza de las buenas y ateniéndome por supuesto a lo que podía venir...

Empieza simpáticamente con un par de personajes muy peculiares, padre e hijo, que están de caza en las afueras del pueblo, cerca de un lago. Ya en los primeros minutos podremos apreciar la imaginería de los artistas de efectos especiales, que por qué no decirlo, aparte de enseñar más sangre que cualquier película de terror de hoy día, tienen su toque de originalidad. Este preludio nos mete en verbena y nos presenta a los jóvenes protagonistas que harán detonar el resorte para ir pasando poco a poco a la segunda fase de la película.

Con un Jack Palance de capa caída aunque muy profesional en sus labores actorales y tras varios minutos de idas y venidas con los chavales desorientados y afectados por los sucesos que se acontecen, nos deja caer la teoría de que la amenaza que les acecha es un alienígena que disfruta dando caza a los humanos que se acercan por la zona, como si de un deporte se tratase, como si de acumular trofeos fuese la cosa. Entonces es cuando el chip se enciende y lo primero que viene a la cabeza es, como no, Predator (John McTiernan, 1987). Es una curiosidad, sí, pero ahí queda como con una diferencia de siete años y algo más de billetes en la cartera, dos ideas se asemejen tanto y tengan resultados tan diferentes en su forma. Existen buenas comparaciones por internet para indagar un poco más en el tema.

Y es que no solamente tenemos a esta vieja gloria del séptimo arte participando en esta piniculilla barata. También tenemos en una línea similar al bueno de Martin Landau ejerciendo de militar veterano paranoico, a una corta interpretación de Cameron Mitchell como capitán de unos chavales boy scouts, y para los no tan viejos a un jovencísimo David Caruso en su primer papel dentro de un largometraje. Pero lo que realmente llama la atención y que no queda acreditado es la participación de nada más y nada menos que Rick Baker como creador de la cabeza del alienígena. Y es que se quiera o no, todos tenemos un pasado...

Pero bueno, sin ir más allá para no destripar el contenido de este suculento tesoro que mezcla ciencia ficción y terror, la verdad es que es bastante disfrutable, siempre y cuando se tenga en cuenta al tipo de producto que nos estamos enfrentando. Todo es un batiburrillo de ideas que pocas veces llegan a buen puerto por su mala gestión técnica, muchas de ellas recogidas de los clásicos de finales de los setenta y otras que hoy día quedan ya desfasadas, pero el conjunto es mucho más decente que otras de su mismo rango. En definitiva, una pequeña joya trash a rescatar para, como mínimo, echar unas risas con los colegas en esas noches grindhouse...


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