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21 enero, 2019

Glass

Perfecta culminación a un maravilloso universo...

Caratula
  • Título traducido: Glass (Cristal)
  • Director: M. Night Shyamalan
  • Guión: M. Night Shyamalan
  • País: Estados Unidos Año: 2019 Duración: 129 min.
  • Música: West Thordson  Fotografía: Mike Gioulakis
  • Compañía: Blumhouse, Blinding Edge, Touchstone Pictures
  • Intérpretes: James McAvoy, Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Sarah Paulson, Spencer Treat Clark, Anya Taylor-Joy, Shayna Ryan, Charlayne Woodard, Luke Kirby, Rob Yang, Brian Donahue, Adam David Thompson
  • Género: Thriller, Acción
Sinopsis
La autoproclamada Horda formada por parte del colectivo que vive en el interior de Kevin, sigue con su plan para que los sufridores sean reconocidos en la sociedad, utilizando para ello el máximo exponente de la evolución humana, la Bestia. Sus actos, sin embargo, no pasarán desapercibidos por David Dunn, el justiciero que desde hace años azota la delincuencia en la ciudad desde las sombras y que poco a poco va cerrando el cerco para dar con él. Pero será la mente malévola de Elijah Price la que elucubre un plan perfecto para tal magno enfrentamiento...

Nadie podía llegar a imaginarse que tras aquella fantástica Unbreakable (M.N.Shyamalan, 2000) se escondía todo un universo que quedaría aletargado para desvelarse y desplegarse con el tiempo. Nada menos que 17 años pasaron hasta despertar nuestro interés con la maravillosa Split (M.N.Shyamalan, 2017) sorprendiendo con su cliffhanger en el cual unía ambos escenarios y con el que el director declaraba sus intenciones de formar una trilogía del superhéroe que culminaría con esta última entrega. Los fans del director enloquecieron, los detractores esperaron con las fauces abiertas y los demás espectadores se dividieron entre los que se subían al carro y los que mostraban indiferencia. No se hicieron esperar, pues, los primeros comentarios tras su estreno, y como ha venido pasando durante los últimos años, la crítica profesional le sigue denegando el honor de ser profeta en su tierra...

Y es que es algo que no comparto pero que podría llegar a entender (o no, porque parece una fijación obsesiva lo que hacen los medios con este director), ya que una vez vista, he de decir que es espectacular. Me ha gustado tanto o más que las otras dos entregas que forman la trilogía, que además mirándolas en conjunto, son un verdadero canto al fantástico y sobretodo al mundo de los cómics. Reto harto difícil cuando hoy día los capos en las salas de cine respecto a este subgénero son Disney y Warner Bros. con Marvel y DC respectivamente. Aún así, Shyamalan ha conseguido abrir esa pequeña brecha para poder entrar en ese prohibitivo mundo gracias a un enfoque totalmente distinto y personal.

Objetivamente estamos ante la magnificación del cómic como obra utilizada a lo largo de los tiempos para explicar la historia de la humanidad y de los secretos que esconde. Una idea que el bueno de ELijah persigue durante toda su vida y que por fin llega a ver realizada con claridad. Si ya en Unbreakable tenía como finalidad encontrar a su némesis y con ello validar sus teorías, en ésta ya se consolida como la mente privilegiada capaz de dar con el sujeto correcto y así potenciar sus habilidades para crear al héroe/villano que se esconde en su interior.

Subjetivamente es como el grito de socorro o toque de atención que el director quiere dar a esta sociedad reclamando un sitio para su muchas veces incomprendida obra. Ese rechazo que mayormente se ha ido dando a lo largo de su carrera por querer llevar a pantalla los magníficos universos que han salido de su mente y que ahora quieren rebelarse. Un repaso a su vida que se ve reflejada desde el aislamiento representado por el centro psiquiátrico hasta el resurgir en ese desenlace con el esperadísimo giro final, donde a niveles generales se puede comparar con la sociedad actual.

Técnicamente es espléndida. Es de alabar la inteligencia con que lleva a pantalla una película que, ideada por otras mentes y bolsillos, seguramente hubiese consumido muchísimo más que los escasos 20 millones de dólares que ha costado. La ambientación, el juego con las colorimetrías respectivas para cada personaje, las impecables y sugerentes escenas de acción (de lo mejor visto hasta ahora en películas del género) y sobretodo la sutilidad en incorporar guiños y otros dejes que harán las delicias de los fans. También tiene sus defectos, sí, pero el conjunto es para calificar como una gran obra.

A todo ello hay que sumar, como no, las magníficas interpretaciones de sus protagonistas. Una vez más subrayar la bestia interpretativa que es James McAvoy. Si en Split ya nos dejó a todos boquiabiertos, aquí redondea su(s) personaje(s) añadiendo las personalidades que le faltaban. Willis y Jackson manteniendo su nivel y una Sarah Paulson que, sabiendo donde se ha metido, cumple a la perfección con su cometido.

En definitiva, un magnífico cierre para una trilogía que puede llegar a convertirse en obra de culto inmediato. Ha tardado su tiempo en concluir, nos ha tenido a todos engañados, pero la espera ha merecido la pena. Solamente queda desear que la mente privilegiada de Shyamalan siga creando estos pequeños universos que nos dicen tanto...


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