La jornada más internacional de todas y también la que quizá, para nosotros, haya sido la más productiva por la variedad en la programación que el Festival tenía preparada para las dos sesiones dobles.
La primera de ellas venía precedida por el buen sabor de boca que hace un par de años nos dejó en este festival su director Nicolas Pesce con su ópera prima The eyes of my mother (2016). Ahora vuelve con su último trabajo Piercing (2018), el cual también ha recabado buenas críticas allá por donde ha pasado.
La historia se basa en un relato de Ryū Murakami titulado con el mismo nombre, publicado en 1994 y recuperado por Pesce para escribir el guión y llevarlo a la gran pantalla. La película se centra en un hombre que, para liberarse de su agonía interna en que el subconsciente le pide matar a su propio hijo, decide contratar a una prostituta para asesinarla y ver si así se le quita tal pesar. Con una estética que rinde tributo al cine giallo más setentero, desde los coloridos (y acartonados) decorados hasta la aguda banda sonora de la película, el dueto protagonista lleva a la máxima expresión esa filosofía tan cercana al slasher, pero a un ritmo contenido que va incidiendo poco a poco en el espectador. Muy recomendable.
La siguiente fue otra sorpresa, esta vez de origen coreano, con un found footage que pasa a otro nivel de lo que ya tenemos visto. Se trata de Gonjiam: Haunted Asylum (2018) de Jung Bum-Sik.
Absolutamente vinculada a la cultura millenial donde se hace eco de las últimas tendencias como la filosofía youtuber y su repercusión en las redes sociales, el aficionado más geek con lo último en tecnología o incluso hasta las nuevas formas de juego colectivo, la película relata la historia de unos jóvenes que quieren desmitificar una de las leyendas urbanas más famosas relacionadas con un psiquiátrico fantasma. Maneja perfectamente el humor, el suspense y el terror, pero sobreotodo lo que marca la diferencia es el montaje hecho a partir de las grabaciones hechas con tantos y tan diferentes dispositivos. Nosotros no somos muy partidarios de las películas cámara en mano, pero hay que alabar esta iniciativa por no hacerse pesada al espectador. Muy divertida.
Ya en el segundo bloque, comenzaba la doble sesión con una película independiente que dejó bastante buen sabor de boca, Lifechanger de Justin McConnell, el cual estuvo presente para darnos cuatro pinceladas antes de la proyección.
La línea principal de la película es un drama que nos plantea si realmente merece la pena llevar vida en soledad por ser más longevo. A partir de aquí y utilizando el mito del cambiapieles como elemento fantástico, desarrolla al personaje principal y nos deja entrar en sus temores y necesidades comparando su forma de vivir con la que se supone sería la ideal. Y aún teniendo sus carencias por las limitaciones que conlleva el cine independiente, la verdad es que utiliza muy bien los recursos para mantener el ritmo y no caer en la monotonía.
Y para finalizar la jornada, una gamberrada proveniente del Reino Unido que bebe claramente del cine de terror ochentero más teenager. Se trata de Book of Monsters, dirigida por Stewart Sparke, el cual estuvo presente junto a las tres protagonistas principales para presentar su película.
Muy divertida monster movie que tiene como protagonistas a tres adolescentes, las cuales tendrán que combatir el mal que las acecha durante la fiesta de cumpleaños de una de ellas. La premisa es básica, pero el desarrollo de la misma es lo que la hace atractiva. Los efectos prácticos utilizados están más que bien, teniendo en cuenta el presupuesto con el que se mueven, el humor totalmente british y bastante macabro está colocado justo donde debe, y las situaciones por las que hace pasar a los personajes no carecen de originalidad. Quizá algún tramo intermedio se hace algo lento, pero el conjunto final es muy divertido.
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