En esta quinta jornada se ofrecía la posibilidad de asistir gratuitamente a la primera sesión doble con invitación previa, la cual estaba patrocinada por Movistar y que daba también la opción a que el abonado a esta plataforma pudiese verla simultáneamente desde su casa. Una propuesta que, aunque los títulos vistos no fuesen de última cosecha, al menos provoca que se haga eco de la existencia de este Festival a nivel nacional.
La primera de las películas vistas fue el último trabajo de los ya conocidos Alexandre Bustillo y Julien Maury, que visitaban una de las franquicias más significativas en la historia del género con Leatherface (2017).
Difícil apuesta por aportar algo de luz a lo ya conocido en esta saga y sobretodo por salirse de la línea clásica, que quitando las dos primeras entregas dirigidas por Tobe Hooper (muy a reivindicar la segunda parte), el resto son muy poco convincentes. A modo de road movie, la historia nos transporta a lo ocurrido antes de los sucesos que vimos en la original de 1974 para intentar definir el por qué de ese desorden familiar. Y aunque a cómputo global no sea una gran película, la verdad es que el primer tramo y algún que otro detalle más puntual y explícito están bastante bien. Aparte, solamente por el hecho de realizar este giro en la franquicia ya es de muy agradecer, cosa nada fácil cuando hay estereotipos existentes que corren en su contra.
La siguiente en esta doble sesión especial fue la película de terror sobrenatural Los hijos de Satán (2017), de producción indonesia y dirigida por Joko Anwar.
Poco o nada tiene que envidiar este relato de casas encantadas y posesiones a las películas más comerciales de origen occidental que han triunfado en cartelera durante estos últimos años. La historia nos cuenta las vivencias paranormales que sufre una familia a partir de la muerte de su madre, momento desde el cual comenzarán a descubrir cosas impensables para ellos por las que se cuestionarán muchos otros temas. Con una fantástica atmósfera perfectamente complementada gracias a esa estética añeja y rural tan bien conseguida, la película va pasando del drama hasta el terror puro en un logrado final que inquietará a más de uno en su butaca. Una gran cinta a descubrir.
Y comenzado la segunda sesión doble, ésta ya dentro de la sección a concurso, la premier nacional de The witch in the window (2018), pequeña producción estadounidense dirigida por Andy Mitton.
Otra película sobre casas encantadas pero con muchísimo menos fuelle que la anterior. Con un corte totalmente de telefilme, se centra en la relación de un padre con su hijo donde la cual, en cierta manera, mejora a partir de los sucesos sobrenaturales que van sucediendo. Un ir pasando los minutos donde se van soltando críticas al gobierno actual de los Estados Unidos, a la poca sensibilidad que se tiene con los más pequeños con la violencia que nos rodea, lo correcto e incorrecto de la vida,... nada que llame especialmente la atención hasta llegar a ese giro final, algo alocado y precipitado, en el que el interés del espectador por lo que pasa ya se ha quedado por el camino.
Y para rematar la jornada con buen sabor de boca, la fantástica película de la mexicana Issa Lopez, la cual ha pasado por varios festivales de todo el mundo recogiendo buenas críticas en todos ellos, Tigers are not afraid (2018).
Como una fuerte crítica social hacia la situación tan dramática que se vive en México, la escritora y directora nos trae una historia en la que acompañaremos a un grupo de niños en su viaje por sobrevivir a las fauces de la pobreza, el hambre y la delincuencia en un entorno que ya es hostil de por sí. Para ello se hace servir de un componente fantástico que servirá como guía para el desarrollo de la misma, introduciendo elementos digitales inteligentemente que ayudan a enfatizar algunas escenas concretas, escapando hábilmente del drama puro y duro para aportar más ligereza a su ritmo.
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