Zinemaldi 2018 ~ Día 5

Ya hemos pasado el ecuador del festival y en esta quinta jornada que cerramos ayer seguimos quedándonos con algún que otro título destacable para tener en cuenta en la quiniela de premios. Algunos esperados y otros que estaban por descubrir, la verdad es que la programación que escogimos no defraudó para nada.

Comenzaba el día con un biopic sobre Melita Stedman, considerada la mujer espía que más tiempo estuvo trabajando infiltrada para la KGB, llevada en su día por Le Carré en una de sus singulares novelas, Red Joan de Trevor Nunn.

La verdad es tras su visionado daba más la sensación que la historia era mucho más interesante que lo que acaba reflejando la película de forma global. Centrándose en el romance con su compañero de universidad que la introdujo en el frente comunista, vamos pasando por las diferentes etapas que en principio marcaron los grandes cambios en su vida. Y aunque aboga por definir claramente su determinación en cuando a los ideales y la forma de pensar del momento, ya sea por el lento ritmo o por las poco expresivas escenas de diálogo la película no acabó de cuajar del todo, teniendo además en cuenta que este director procede de una carrera más teatral que cinéfila.

La siguiente película era una apuesta un tanto arriesgada o diferente dentro de la programación de este Festival. Se trataba de Illang: The wolf brigade, dirigida por el ya asentado director coreano Kim Jee-Woon.

Conversión a película de acción real del anime creado por el gran Mamoru Oshii, el cual nos sitúa en un futuro donde las dos coreas han decidido unificarse y a causa de ello surgirán conflictos entre los grupos que están a favor y los que están en contra, por supuesto siempre bajo la atenta mirada de las grandes potencias mundiales. Un diseño de producción exquisito al cual no le sigue la historia con la misma intensidad. Si en el anime se intentaba ahondar más en la reflexión social y política, aquí se aboga más por las escenas de acción, que sumado a sus más de dos horas de duración hacen que no sea una de las películas a destacar.

Otra muy diferente película que nos dejó con un buen sabor de boca tras su visionado fue la producción colombiana Pájaros de verano de Ciro Guerra y Cristina Gallego.

Maravillosa experiencia audiovisual que nos acerca tanto las costumbres colombianas como el hambre de poder que germinó a partir del tráfico de drogas y su demanda desde el extranjero, el cual fatídicamente y poco a poco acabó por cambiar a un país entero. Una historia sobre la familia y el honor en el que los valores y ritos ancestrales irán enterrándose con el cambio generacional hacia la prácticamente total extinción de los pueblos indígenas. Personajes con una profundidad brutal irán confeccionando esta historia que se dilata en el tiempo y en la que podremos hacernos una idea de lo que una vez fueron esos pueblos colombianos, tocando diversos palos como el drama, el esoterismo e incluso hasta lo que podríamos llamar un thriller rural. Espectacular.

Y para terminar la jornada el último y esperadísimo trabajo de Carlos Vermut, Quién te cantará, el cual estrenaba en este certamen tras cuatro años de parón.

Si bien la película no llega a la altura de sus anteriores trabajos, hay que decir que ésta tiene también sus buenos y grandes momentos. En ella nos habla de de una artista absorbida por su fama, la cual tras un accidente perderá la memoria por completo y donde su asistenta intentará revitalizar con la ayuda de una gran fan y admiradora suya. Vermut nos quiere hacer ver que aún estando en polos opuestos, la soledad y el rumbo perdido es para todos lo mismo, haciendo que ese choque entre las dos protagonistas sea su nueva luz al final del túnel. Sensacional Eva Llorach y fantástica Natalia de Molina, las cuales serán las artífices de los momentos más emotivos y de la película, ofreciendo escenas realmente contundentes. Bien en general, aunque por los comentarios oídos tras su visionado parece que el respetable esperaba algo más de este gran director.