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TerrorMolins

19 septiembre, 2018

The Predator

¿Y por qué no? Es más que puro entretenimiento...

Caratula
  • Título traducido: Predator
  • Director: Shane Black
  • Guión: Shane Black, Fred Dekker
  • País: Estados Unidos Año: 2018 Duración: 101 min.
  • Música: Henry Jackman  Fotografía: Larry Fong
  • Compañía: 20th Century Fox, Davis, TSG, Canada Film, Dark Castle
  • Intérpretes: Boyd Holbrook, Olivia Munn, Trevante Rhodes, Sterling K. Brown, Jacob Tremblay, Jake Busey, Strahovski, Thomas Jane, Keegan-Michael Key, Kyle Strauts, Alfie Allen
  • Género: Acción, Ciencia Ficción
Sinopsis
Estando en una misión encubierta en sudamérica, el capitán McKeena observa cómo una nave espacial se estrella cerca de su posición. Al ver que se trata de tecnología alienígena, se apropiará de algunos artefactos para dar credibilidad a su historia, enviándolos a su casa para no ser requisados. Pero como el gobierno quiere borrar cualquier rastro de lo sucedido, le tratará como un demente, recluyéndolo con otros sujetos de carácter especial. Ahora, el alienígena que llegó con la nave quiere recuperar sus pertenencias, y McKeena tendrá que ingeniárselas para huír, ya que sabe que ha puesto a su familia en peligro...

Si la noticia de Fox anunciando que retomaría la franquicia de Predator no era suficientemente buena para el fan, aún crecía en interés cuando propusieron a Shane Black como director y a un tal Fred Dekker con el que iba a desarrollar la nueva trama. Dos iconos que han participado en algunas de las películas más emblemáticas de la década de los ochenta y que para el que creció con ellas es un síntoma de entretenimiento seguro. Y si parecía poco, la calificación R obtenida por la MPAA respecto al contenido de la misma, aún nos hacía aumentar el dichoso hype en espera de su estreno. Pues al final el día ha llegado, y aunque parte de público y crítica no haya salido muy convencido de la sala tras su visionado, por lo que a mí me toca he de decir que cumple con creces su cometido...

Y parece mentira, pero es que aunque el guión tenga sus irregularidades, porque las tiene, este dúo no se ha andado por las ramas y ha realizado una película que va más allá del puro entretenimiento, dejando dos horas de espectáculo donde han incorporado ese estilo que tanto les define. Aquí podremos encontar, aparte de referencias a otras entregas de la franquicia, similitudes en su forma que nos dirigen a películas como Arma letal (Richard Donner, 1987), Una pandilla alucinante (Fred Dekker, 1987) e incluso hasta de El terror llama a su puerta (Fred Dekker, 1986). Colegueo entre personajes, acción descabellada, mutilaciones y unas dosis de humor correctamente ubicadas se mezclan en un producto final que termina envolviéndose y sellándose con la denominación de origen de serie B.

Esta nueva entrega nos sitúa unos cuantos años después de Depredador 2 (Stephen Hopkins, 1990) y antes de Predators (Nimród Antal, 2010), donde un nuevo alienígena caerá a la Tierra pero esta vez es él el que huye de su propia especie. ¿Los motivos? pues aquí es donde entra el componente novedoso para darle un nuevo aliciente a la saga: es un rebelde que huye de los suyos porque están hibridando su especie con las de otros seres para intentar encontrar el sujeto invencible definitivo. Parece una locura, pero en cierto modo le da otro sentido a la cacería que han estado llevando a cabo durante tantos años, e incluso me atrevería a decir que hasta conecta con los spin-off's junto a la franquicia Alien.

Para contrarrestar esta invasión desde la Tierra disponemos de un equipo técnico gubernamental, un fantástico grupo de militares retirados que están en tratamiento por sus diferentes alteraciones psicológicas, una doctora que investiga la vida extrarrestre y un niño superdotado con el síndrome de Asperger que consigue entender la tecnología de los depredadores. Ahí es nada. Y aunque parezca inverosímil, el juego que le dan a la película es lo que realmente la mueve y hace que tenga su atractivo. Shane y Dekker desarrollan con maestría cada uno de los protagonistas, tanto principales como secundarios, dándoles forma en pocos minutos y haciendo que empaticemos rápidamente con todos ellos.

Todo ello sumado a una más que correcta dirección, unas escenas de acción bien diseñadas con violencia explícita incluída (como es debido) y unos efectos especiales que, aún no siendo la última maravilla, dan un buen resultado, hacen que sea una magnífica secuela para volver a retomar esta franquicia con buen pie, algo denostada por la (muy infravalorada) última entrega que tuvimos. Esperemos que tras el prometedor final que nos deja, continúe por la misma senda y nos deje, al menos, una película más. Y a ver si hay suerte y Dekker vuelve al redil...

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