Días de lluvia. Eso es lo que nos acecha en esta recta final del festival, donde ayer, en la proyección de la Bassa dels Hermanos, ya tuvimos que terminar de ver la película bajo las carpas del comedor. Lo mejor de todo: que la gente aguantó el tipo hasta los mismísimos créditos, y seguramente esa será la actitud que se tome aunque nos caigan rayos y centellas, ya que los ánimos no van a decaer por estas nimieces...
Pero vayamos con la primera sesión de la mañana, la cual abría la jornada con el cortometraje de animación Where is my moon? (2018) de Miyoung Baek, una pequeña pero bonita pieza de origen coreano que daba paso al largometraje indio Sniff!!! (2018) de Amole Gupte.
Simpática película donde nuestro pequeño protagonista carece del sentido del olfato desde su nacimiento. Siendo una decepción para su familia y llevando una vida llena de obstáculos, a Sunny se le ve continuamente entristecido por no poder ser como los demás. Pero un día, tras un accidente de laboratorio, recupera repentinamente el olfato además haciéndolo con una capacidad increíble. A partir de aquí, se convertirá en una especie de héroe y vivirá una serie de aventuras como investigador junto a sus amigos.
Acto seguido asistimos a la última proyección del ciclo dedicado al señor Chow, que en la sesión de ayer nos demostró que tiene suficientes cualidades como para lidiar con cualquier género que le echen encima. Se trataba de la simpática y curiosa Out of the dark (1995) de Jeff Lau.
Sin salir de su habitual humor surrealista, en esta rara avis dentro de su filmografía aparcará por un momento las artes marciales para convertirse en un investigador de lo paranormal en la que, junto a alguno de sus habituales secundarios, intentarán deshacerse de un malvado demonio que acecha una comunidad de vecinos. Esto, sumado a algunos guiños exagerados a otras películas (además ni tan siquiera del mismo género..) y las mismas bromas sin sentido a las que nos tiene acostumbrado, hacen que, aunque en su momento no hubiese tenido ningún éxito en taquilla, se le deba conceder al menos un visionado. Imprescindible para seguir la evolución de su carrera.
Y como este año coincide con el 30º aniversario del Mercat de Música Viva de Vic que se celebrará en septiembre, el festival Nits aprovechó la ocasión para proyectar en su sesión documental una pieza tan simpática como entrañable, The cambodian space project: not easy rock'n'roll (2015) de Marc Eberle.
Los autores de esta película documental siguieron durante cuatro años a los componentes de este grupo de rock camboyano, siguiendo su evolución desde el germen del mismo hasta la actualidad. Un repaso por la cultura musical de aquel país, pero sobretodo de como una persona puede cumplir el sueño de su vida aún llevando una vida de sufrimiento y humillación constante. Un relato que nos hace cómplices de la protagonista convirtiéndola en un modelo superación, y que nos ubica en el mapa un país con una situación social y económica delicada.
Y continuando dentro de la Sección Oficial a competición, una de las películas que estábamos esperando con más ganas dentro de esta edición, la cual era estreno a nivel europeo. Se trata de la oda que el director chino Dong Yue dedica al cine negro, The looming storm (2018).
Primer trabajo como director y realmente ya ha conseguido llamar la atención. Lo primero que resalta en su visionado es la excelente fotografía con que se ha realizado, y es que el principal oficio de Dong Yue en otros proyectos había sido precisamente el de director en esta faceta. Lluvia constante y aspecto lúgubre para una historia que nos habla principalmente de hasta donde puede llegar a obsesionarse una persona. Sórdido y desolador relato que tiene como trasfondo la situación tan decadente que sufría la China más industrial a finales del siglo pasado. Para nosotros, de momento, la candidata para llevarse el galardón.
Y es que fueron demasiados contrastes para la intensa jornada de tarde que vivimos en el Vigatà, haciendo que a su finalización se afrontara la recta final en los jardines casi como un bálsamo y reposo de lo que se había visto. La lástima fue ese momento de lluvia a mitad de película, pero no impidió que continuara la agenda que se tenía programada.
Así pues, la sesión cinéfila en la Bassa comenzaba con una charla del director del cortometraje The stained flag (2018), Dhanraj Barkote, el cual nos hacía una presentación de su trabajo previo al visionado del mismo. Tras la misma, unas palabras de la cónsul tailandesa dando paso a la producción de su país Bad genius (2018), de Nattawut Poonpiriya.
Tras leer la sinopsis no esperábamos más que la típica comedieta para adolescentes, pero más allá de la realidad, esta película creo que nos sorprendió tanto a nosotros como al resto de los asistentes. Y es que las diferentes argucias que ingenian para desarrollar la trama hacen que, aparte de tener su atractivo, hiciesen que el llevarlas a cabo por sus protagonistas generase cierta inquietud a los espectadores por la tensión de saber si lograrán o no sus objetivos. Muy entretenida.
Y como entramos en fin de semana y la actividad se puede alargar un poco más, volvimos al Vigatà a reencontrarnos con el que ya va siendo otro de los iconos de este festival, el siempre sorprendente Reji Hoshino que nos traía una nueva edición de su proyecto, Tetsudon: Natural born fools (for foolish adults).
Otra nueva tanda de cortometrajes, al cual más histriónico, en el que utilizarán como leit motiv el sexo o derivados del mismo. Y es que mas que por la (nula) calidad de los veinte trabajos que la componen, de los cuales te puedes reír con alguno pero con el resto te harán desear huir de la sala, el espectáculo que monta Hoshino tanto al inicio como al final es imperdible. Un auténtico showman que lo da todo para sacar unas buenas risas a los asistentes. Que repita el año que viene one more time, por favor...
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