Si hace unos días nos presentaban Downrage y Meatball Machine Kudoku como algo excepcional dentro de la programación del festival por su contenido explícito de casquería, ayer se podría confirmar que quizá este sea un nuevo filón a tener en cuenta para siguientes ediciones, ya que los trabajos proyectados seguían esa misma línea. Principalmente porque se notaba como algunos de los espectadores que asistieron se inquietaban en la butaca, y al parecer quedaron encantados con ello.
Así pues, la tarde comenzaba con la producción independiente Replace de Norbert Keil.
Parece mentira que con el paso del tiempo aún siga siendo uno de los atractivos que motivan para ir a ver una película donde aparezca, pero es que Barbara Crampton sigue levantando pasiones entre los aficionados al género. Más allá del sentimentalismo, esta película tenía elementos que igualmente la hacían atractiva, comenzando por su argumento basado en la idealización de la eterna juventud. Aún así, en su desarrollo carece de esa credibilidad que una película ha de transmitir al espectador para que este no pierda interés, por mucho que la estética sea bastante notable y tenga algún que otro momento de puro horror.
La siguiente en la doble sesión de tarde era la magnífica Housewife de Can Evrenol.
Si ya en su primer trabajo, Baskin, nos sumergía a lo mas profundo del horror para tocarnos la fibra con esas secuencias impactantes que se marcaban en la retina del espectador, en esta película vuelve a visitar de nuevo el terror, algo menos terrenal y más onírico, con un tema tan clásico como son las sectas. En su desarrollo podemos ver que está claramente inspirado en el cine de Clive Barker o el Cronenberg inicial, así como en el universo lovecraftiano que últimamente parece tener un nuevo resurgir, pero no nos engañemos, el continente es mucho más atractivo que el contenido. Aún así, se nota que Evrenol está marcando el terreno con un estilo propio y seguramente sus próximos trabajos tendrán igual o más expectación que esta su segunda película.
Y paralelamente a la programación de películas en La Peni, pudimos asistir a la conferencia Gamificación y cine: Juegos de mesa que cuentan historias en el espacio La Gòtica.
Entretenida y amena charla moderada por Álvaro Lerma (2Tomatoes) en la que acompañado de Josep M. Allué (IdeaLúdica), José Manuel Pedraz (Funnynnovation) y Pak Gallego (Guerra de mitos) nos introducían en el mundo de los juegos de mesa, explicando desde la obtención de ideas y génesis del proyecto hasta el papel que desarrollan en la sociedad y por supuesto sus preferencias a nivel personal.
Y para comenzar la sesión nocturna un estreno europeo, la producción chilena Trauma de Lucio A. Rojas.
Presentada previa a su proyección por su director y parte del reparto, nos auguraba a los espectadores un film difícil de digerir por su alto contenido en violencia explícita muy por encima de lo habitual en este festival. Y así fue, a partir del primer minuto ya deja claro que esto no va a ser apto para estómagos sensibles, llenando la pantalla de casquería y escenas transgresoras surgidas de la mente más perturbada. Pero ahí queda la cosa. El argumento es una buena base, atacando y haciendo crítica a las aberraciones cometidas durante la dictadura chilena, pero queda muy flojo en su desarrollo. Las actuaciones no llegan al suficiente pelado y la factura es, aún siendo una producción independiente, bastante amateur. Pero bueno, el espectador poco acostumbrado a este tipo de cine salió contento por el mal rato pasado en la butaca.
Y para finalizar la jornada que mejor manera de hacerlo que con la genial comedia negra Mom and Dad de Brian Taylor.
Con un Nicholas Cage más expresivo que nunca, da la sensación que el papel le viene como anillo al dedo. Tras la loca propuesta inicial en la que sin saber cómo, todos los padres querrán matar a sus hijos, la película es una consecución de gags donde las situaciones habituales que pueden suceder en un hogar, se convierten en una persecución a muerte donde la ironía estará a la orden del día. Muy divertida.
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