En el día de ayer se comenzó a ver un poco más de color en las películas a las que pude asistir, confirmando que los buenos comentarios previamente recibidos de los trabajos que conforman la sección Perlas y de algunos de los pertenecientes a la Sección Oficial eran de buen recibo. Aún así, no termina de cuajar un día en el que salga completamente redondo.
Así pues, el día comenzaba con la producción francesa C'est la vie de Olivier Nakache y Éric Toledano.
Nos encontramos ante una comedia impregnada con el usual humor francés en la que se parodia el trabajo que hay detrás de la organización de una boda. Ha gustado mucho al público aún cumpliendo con todos los estereotipos fijados para este tipo de películas, seguramente debido a un gran guión que no cae en la escena facilona. La verdad es que las conexiones que se crean entre los empleados que trabajan para nuestro protagonista principal, el jefe de la empresa de catering y eventos, son una maravilla. Aún no siendo del todo original, la verdad es que es muy entretenida, dejando muchas escenas para recordar en la sobremesa.
La siguiente fue otra de esas perlas que dejan muy buen sabor de boca, Three billboards outside Ebbing, Missouri, de Martin McDonagh.
Este director ya se dio a conocer a nivel internacional con la genial In Bruges (2008) y posteriormente con su menos conocida pero para mí mejor, Seven Psycopaths (2012). Ahora nos trae una película más elaborada pero manteniendo ese estilo de guión que nos enlaza a los personajes protagonistas de una forma tan sublime. En ésta llega mucho más al espectador, dotándola de un ritmo que durante dos horas de metraje nos mantiene enganchados a la pantalla a base de combinar una bofetada dramática con otra cómica. Una mezcla excepcional para una de las mejores películas vistas aquí hasta el momento.
Después ha sido el turno para Jusqu'a la garde del francés Xavier Legrand.
Este tipo de películas en los que trasladamos un problema social a la gran pantalla no son de mi prelidección, y mucho menos con el tipo de corte que la confecciona. Con un ritmo pausado y evolucionando poco a poco hasta un desenlace que se intuye desde la mitad de la misma, la película nos muestra lo que podría ser un caso muy real de violencia de género. Hecha para sensibilizar a los que aún giran la cara al problema o sencillamente para llamar la atención, la verdad es que no he entrado en ningún momento.
La penúltima de la jornada fue Una especie de familia, de Diego Lerman.
Igual que pasaba en la anterior sesión, esta película tampoco me ha dejado buen sabor de boca. Ya no entro ni en las actuaciones (algunas de ellas bastante mejorables) ni en el apartado técnico, pero el desarrollo se me ha atragantado bastante. Un guión que en algunos momentos llega a ser hasta irrisorio por las situaciones inverosímiles o de poco sentido común que nuestra protagonista llega a realizar, o incluso por los elementos que la rodean. Otra más que se aparta de mi lista...
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