It

Efectista pero no efectiva...

• Título traducido: It
• Director: Andrés Muschietti
• Guión: Chase Palmer, Gary Dauberman,  Stephen King (original)
• País: Estados Unidos Año: 2017 Duración: 135 min.
• Música: Benjamin Wallfisch  Fotografía: Chung-hoon Chung
• Compañía: New Line Cinema, KatzSmith Productions, Lin Pictures
• Intérpretes: Bill Skarsgård, Jaeden Lieberher, Sophia Lillis, Finn Wolfhard, Wyatt Oleff, Jeremy Ray Taylor, Jack Dylan Grazer, Chosen Jacobs, Nicholas Hamilton, Jake Sim, Logan Thompson, Owen Teague, Jackson Robert Scott, Stephen Bogaert
• Género: Terror

Sinopsis
En Derry se están produciendo desaparaciones de niños y parece que los mayores no están por la labor de averiguar que sucede. Pero Bill, un joven al que también le desapareció el hermano, intentará junto con sus amigos investigar quien está detrás de esta intrigante y macabra situación...

Tras varios meses de bombardeo masivo en las redes anunciando la llegada de esta nueva adaptación de una de las mejores novelas escritas por Stephen King, al fin ha eclosionado ese huevo que se estaba gestando y a su vez engordando el hype de muchos de nosotros. Ya a toro pasado su estreno, se ha podido comprobar que la respuesta del público ha sido fantástica, llegando a batir el récord de recaudación en su primer fin de semana para una cinta de terror, con lo que la jugada les ha salido más que bien. Aún así, bajo mi punto de vista y como me pasa en otros muchos casos, la película no refleja tanto potencial como buenos son sus números...

Aún me quedaba algún recuerdo que otro de aquella lejana adaptación para televisión en formato de miniserie (la cual vi en VHS gracias a una edición que tenía dos cassettes, cubriendo las 3 horas que duraba...) y la verdad es que quise volverla a visitar antes de ver la nueva versión. No ha envejecido tan mal, teniendo en cuenta el formato y el target al que iba dirigida, si no miramos más allá para buscar la fidelidad con la (gigantesca) obra en papel. El Pennywise interpretado por  Tim Curry está muy bien logrado y los componentes del Club de los Perdedores quedan bastante bien definidos, tanto en su época adulta como en la infantil, dando una idea de la personalidad de cada uno de ellos y de su finalidad dentro del grupo para cumplir sus objetivos.

En esta nueva adaptación a cargo de Andy Muschetti parece que se ha querido buscar otro tipo de enfoque, donde hace más hincapié en el grupo en sí pero no tanto en cada uno de ellos. Quizá la febril manía que en los últimos meses nos ha acosado volviendo a los años ochenta ha tenido su influencia (cambiando para ello la época infantil, que en el original se basa en los cincuenta), pero el caso es que los personajes han perdido cierto carisma, y eso que sus interpretaciones han estado muy correctas. Incluso hasta parece que el amigo Pennywise queda un tanto relegado a un segundo plano, sin estar del todo definido ni reflejar tanto los miedos personales de cada uno de ellos.

La verdad es que, aún teniendo un diseño mucho más actualizado e incluso hasta más amenazador (y con una interpretación por parte Skarsgård muy lograda), en toda la película no inspira ninguna inquietud y mucho menos el dar miedo. La mayoría de sus apariciones van relacionadas con el susto fácil a golpe de altavoz, con lo que aparte de ser muy predecible hace que pierda todo el respeto. El tema del sonido lo he llegado a encontrar incluso hasta abusivo e innecesario, y en muchos momentos demasiado infantil, pareciendo estar dirigido solamente a un sector determinado del público más teenager que agradece pasarlo mal con este tipo de películas.

Y es que volviendo a lo que comentaba antes, se nota que aquí el director dispone de más presupuesto que en su anterior largometraje Mama (2013), pudiendo apreciar la inversión sobretodo en la ambientación y en los CGI (aunque en más de un momento chirríen, desentonando del resto de la cinta con unos efectos que parecen más de un amateur que de un profesional...), dotándole de la posibilidad de desarrollar más sus ideas que en aquella ópera prima donde se apreciaban ciertas limitaciones. Todos los escenarios y escenas como la del lavabo o el último tramo de la película reflejan ese buen hacer y el cuidado en los detalles.

Aún así creo que ha desaprovechado la oportunidad de poder reivindicar una obra de Stephen King como se merece, dentro de la dificultad que comporta el transcribir un libro de tal magnitud. Como película de terror no me ha funcionado, y como película de adolescentes luchando contra las adversidades que a su edad les acechan tampoco. Para mí se ha quedado en terreno de nadie sin definirse en querer dirigirse hacia un lado u otro, con lo que las expectativas generadas no se han cumplido como debían. Por ello, tampoco me ha inspirado ninguna sensación el ver terminar la película con un Fin del capítulo uno, así que por mi parte no habrá una nerviosa espera para su continuación...