Nostálgico Plaza...
- Título traducido: Verónica
- Director: Paco Plaza
- Guión: Paco Plaza, Fernando Navarro
- País: España Año: 2017 Duración: 105 min.
- Música: Chucky Namanera Fotografía: Pablo Rosso
- Compañía: Apaches Entertainment, Televisión Española
- Intérpretes: Sandra Escacena, Bruna González, Claudia Placer, Iván Chavero, Ana Torrent, Consuelo Trujillo, Sonia Almarcha, Maru Valdivielso, Leticia Dolera, Ángela Fabián, Carla Campra
- Género: Terror
Sinopsis
Verónica y sus amigas se aventuran a realizar una sesión de Ouija para contactar con su fallecido padre. El experimento les sale bien, pero el resultado no es el que esperaban. Algo ha venido del más allá para quedarse, pero no parece que sea del todo amigable...
Como ya ha demostrado en sus anteriores películas, Paco Plaza es un devoto del cine de terror, tanto clásico como moderno. Es capaz de convertir una tendencia actual y traerla a territorio patrio, aportándole los ingredientes necesarios para que el espectador se sienta identificado con lo que está viendo e incluso confraternizar con sus protagonistas. Un ejemplo claro lo tenemos en esta película, con aroma a cine ochentero, ambientada genialmente en la década de los noventa pero rodada en pleno siglo XXI...
Creo que no hay discusión en afirmar que el subgénero de casas encantadas, espíritus y posesiones ha tenido un nuevo renacer con el cine de James Wan, el cual ha vuelto a levantar del asiento al espectador cuando parecía que ya no había nada más que ofrecer. Para el caso que nos ocupa, podemos detenernos en su famosa franquicia sobre los Warren, ya que en Verónica, Plaza se basa también en hechos reales relacionados con el mundo paranormal, sucedidos en Madrid a principios de los noventa.
Para ello nos sumerge en un viaje en el que paralelamente a los acontecimientos sobrenaturales, nos muestra el proceso de cambio de una joven adolescente hacia la madurez. Esa evolución es lo realmente atractivo, ya que gracias a ello el espectador entra en sintonía con la protagonista y va creciendo al mismo ritmo hasta el desenlace final, creando cierta ansiedad. Sabe manejar cada momento dotándole de la intensidad necesaria, ya sea en las escenas de terror como en sus problemas personales, acudiendo al humor de vez en cuando para aportar su sello personal.
Hay que dar las gracias también a la nostalgia que Plaza tiene por aquella época y el cuidado con el que trata todo el envoltorio que rodea a la película. Desde los objetos cotidianos hasta los actores secundarios que se pasean a lo largo y ancho del encuandre, parando también en esos pequeños ítems más destacables que marcaron nuestra infancia (o al menos los que compartimos una edad similar...) u otros que en forma de tributo va dejando caer para degustación del espectador. Todo ello impregna la atmósfera de tal manera que por momentos nos sentimos trasladados a aquellos años, como ya hiciera en su genial telefilme Cuento de Navidad (2005) dentro del espacio Películas para no dormir.
Igualmente, todo lo demás está en su justa medida. Las actuaciones se ven compensadas por la experiencia de unos y el debutar de otros, los efectos especiales son los correctos para que el espectador no los encuentre demasiado artificiales y la banda sonora, que tira mucho de sinte, una delicia para los que nos criamos con el terror de videoclub. Un conjunto bien organizado que como resultado da esta Verónica.
Y es que es una alegría el poder encontrarnos con una película de aquí, que pueda codearse con las superproducciones de allá. Tiene la calidad suficiente para ello y sin tener que recurrir a brutales presupuestos ni caer en la simplicidad ni los clichés presentes en la mayoría de ellas, como el susto fácil a golpe de altavoz. Este terror es nuestro y quizá por ello lo sintamos más real que nunca. Verdaderamente podemos dar las gracias...
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