La jornada de ayer comenzaba con la sesión infantil matinal, donde compartiendo sala con la muchachada más joven pudimos ver el largometraje de animación de origen japonés Gatos (Mikinori Sakakibara, Kunihiko Yuyama, 2016).
Realizada íntegramente con ordenador, la película está enfocada totalmente al público más infantil, inculcando sobretodo los valores de la amistad y el respeto. Nos narra las aventuras de un pequeño gato que por error se introduce en un camión de reparto, el cual le trasladará a un distrito muy alejado de su origen. Allí se hará amigo de un veterano felino que le enseñará la vida de la calle y con el que vivirá una corta pero intensa relación llena de aventuras.
Acto seguido le tocaba el turno a la sesión que el propio director del festival ha denominado como la más familiar, ya que realmente es a la que asistimos todos los feligreses aficionados a este género. No es ni más ni menos que la película de la sección retrospectiva, donde pudimos ver la hongkonesa Iron Angels (Raymond Leung, Teresa Woo, 1987).
Según nos comentaban previo al pase de la misma, esta copia ha sido bastante difícil de encontrar, ya que es una versión íntegra muy pocas veces proyectada en salas de cine. La mayoría de las existentes en el país han pasado por los filtros europeos, conllevando con ello las correspondientes modificaciones y recortes de metraje. Un auténtico lujo que el festival nos ha querido ofrecer en las mejores condiciones posibles.
Y tras el parón para comer, otro suculento documental co-producido entre Estados Unidos y Hong Kong, en el cual se da un repaso a las musas de la Shaw entre las décadas de los 60 y 70, Cinema Hong Kong: The Beauties of the Shaw Studios (Ian Taylor, 2003).
Éste se centra sobretodo en explicar de manera biográfica la vida de algunas de las actrices que más triunfaron en el cine y consecuentemente en su país. Éxito conseguido gracias a la mayor productora cinematográfica que lideró el mercado durante décadas, la Shaw Bros. El documental también nos desgrana el funcionamiento interno de la misma, así como las políticas que su propietario aplicaba, acordes con el marco socioeconómico que se vivía en el momento y el sueño de crear un Hollywood oriental. Muy recomendable.
Y de vuelta al cine para la sesión de la tarde, se abría de nuevo la lata de la sección oficial con la proyección de la película japonesa Moriyamachu driving school (Keisuke Toyoshima, 2016).
Se trata de una buddy movie adolescente en la que tras un incidente, dos antiguos compañeros de clase que ahora llevan vidas muy distintas se unirán de nuevo, esta vez como alumnos de una autoescuela. Girando de tanto en tanto hacia la comedieta romántica, la película está carga de humor típico japonés, casi exclusivo para un sector de público concreto. Me ha parecido bastante floja.
Tras finalizar la misma y saliendo ya a los jardines, ayer tocaba cena japonesa para alegrar el paladar, la cual estuvo acompañada de una bonita exhibición donde pudimos ver algunos movimientos de las artes marciales Jiu Jitsu y Karate por parte de grupos locales.
Y para dar pie a la última sesión de la noche, accedieron al escenario los componentes de la película que se iba a proyectar a continuación, presentándola ante los asistentes y explicándonos algunos detalles de la misma, Strange tales of love and stranges (Raita Kuramoto, 2017), la cual vino precedida por el cortometraje Mitakama Sumo school (Ruben Ventura, 2017).
Película que nos muestra la mezcla de las culturas japonesa y china en un guión donde convergen diferentes historias que tienen en común un mismo elemento. De ritmo pausado y visualmente muy bien realizada, la película incluye un componente fantástico que la hace algo más atractiva y amena. Muy correcta y nada aburrida para las dos horas que dura, aún siendo proyectada a última hora de la noche.
Y con ello se daba por finalizada la segunda jornada de este Festival Nits de cinema oriental de Vic, dedicada al país del sol naciente.
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