Penúltima jornada para la que se reservaron algunos de los mejores fuegos de artificio que se han lanzado en este festival. Para comenzar el día, por la mañana se ha hecho la segunda jornada de proyecciones de la ESCAC para los más jóvenes, donde alumnos de institutos de la zona han podido ver algunos cortometrajes que formaron parte de la sección oficial del pasado festival.
Por la tarde, y comenzando ya con la programación normal, hemos asistido a un gran clásico que formaba parte de la retrospectiva de este año, X, The man with the X-ray eyes (Roger Corman, 1963).
Ha sido una sesión espectacular y se ha notado por el entusiasta aplauso que los espectadores hemos sacado de dentro al finalizar la proyección. Personalmente hacía tiempo que no la revisaba y volver a hacerlo en pantalla grande ha sido todo un lujo. Ahora uno se fija más en otro tipo de detalles que cuando se ve por primera vez, tanto para bien como para mal, pero la verdad es que sigue conservando muchos toques que aún hoy día se mantienen frescos. Una delicia para el aficionado.
La siguiente de la tarde ha sido Kristen, una producción de muy, muy bajo coste (unos 8000 Euros) la cual ha sido presentada en la sala por su director, Mark Weistra.
La historia se centra en el interior de un bar, donde la joven propietaria vuelve para su limpieza tras una ajetreada noche de fin de año. Pero comenzará a recibir llamadas de un personaje anónimo, las cuales cruzarán la línea del simple acoso, provocando que el nerviosismo y la tensión vayan acentuándose cada veza más. Tan simple como eso, la historia al final es quizá lo de menos, ya que tras una gran realización por parte de su director y una no menos fantástica actuación de la protagonista, hacen de esta pequeña joya una película que, para su coste, se le saca un rendimiento espectacular. Una muy grata sorpresa.
Y antes de cerrar la noche con la última sesión de la jornada, se han comunicado los premios de la sección oficial, quedando como claros ganadores Quenottes al mejor corto y I Am not a serial killer como mejor largometraje. Tras los mismos hemos podido ver la proyección del cortometraje de Sergio Morcillo, You’re Gonna Die Tonight, la cual ha dado paso a la estrella de la noche, para la cual se habían agotado las entradas, The Neon Demon del director Nicolas Wnding Refn.
Este director vuelve a sorprender con una película que tiene una factura técnica impecable. Su estilo narrativo, apoyado en gran parte por la estética visual y por su banda sonora, nos recuerda algo a su anterior trabajo, Only God Forgives (2013), pero esta vez aún juega mucho más con esos elementos. Está claro que su forma de rodar no deja indiferente a nadie, ya sea para bien o para mal, pero los que estamos a favor lo hemos disfrutado bastante. Ataca temas de ferviente horror con una sutileza y clase excepcionales, muy influido por los mejores giallos de Argento y compañía sin cortarse un pelo. No me extraña que en Cannes la vapulearan de mala manera, seguramente porque es un festival al que no le correspondía estar presente, pero aquí se le ha acogido con los brazos abiertos...
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