Hoy se ha dado el pistoletazo de salida a la 64ª edición del Festival de cine de San Sebastián y la verdad es que no ha defraudado para nada, aún y todo con el mal tiempo que ha hecho. Dejando de un lado la gala de inauguración y a los artistas invitados, centrémonos en las películas que he podido ver en esta primera jornada.
Para empezar he asistido a la proyección de la película que inauguraba esta edición, la francesa La fille de Brest de la directora Emmanuelle Bercot.
Película basada en la novela escrita por la protagonista de la misma, la cual nos explica su guerra contra una de las farmacéuticas más grandes del país. Esta lucha se debe al descubrimiento casual de los daños que provoca un medicamento en personas intervenidas por problemas cardiacos, los cuales pueden llegar a causar la muerte en el paciente. Desconocía el libro y también los hechos, pero la verdad es que una vez vista la película me ha dejado bastante frío. Creo que es un tema al que se le podía haber sacado más partido por todo lo que supone, pero me ha parecido bastante plana y con una actriz protagonista que en algunos momentos exagera demasiado su papel, haciendo que sea poco creíble.
Después ha sido el turno para una de la películas que se proyectaban en la sección Perlas, Toni Erdmann de Maren Ade. Esta película ha sido la ganadora del premio Fipresci y la verdad es que me ha atrapado en su surrealismo.
Ya desde la primera aparición de nuestro personaje se le deja claro al espectador que la cosa promete. Nos cuenta la historia de un hombre que utiliza el humor para salir de la rutina e intentar ser lo más feliz posible. De lo que no se percata es que la mayoría de las veces las personas que le rodean no comparten sus gags, viéndose reflejado en su vida personal, divorciado y con una hija que no le presta atención. Pero querrá cambiar las tornas y se involucrará en la vida de su hija para que disfrute más de los buenos momentos, los más básicos, los que se olvidan con el paso del tiempo. El contraste entre la locura sana del padre y el absorbente trabajo de su hija de una forma tan surrealista pero a la vez sutil, es lo que hace que esta película funcione tan bien.
Acto seguido he cambiado de tercio yendo a ver el documental Manda Huevos, realizado por el director Diego Galán y narrado por la actriz Carmen Machi.
El director ya tenía en su haber la película documental Con la pata quebrada (2013), donde nos hablaba de la figura de la mujer a través del cine español. Éste vendría a ser su complemento, ya que define perfectamente la figura masculina en la cultura española (el "machito" nacional) a lo largo de los años y de cómo lo ha reflejado el cine. Un auténtico collage tirando de filmoteca que todo aficionado al cine no debería perderse.
Y para terminar la jornada, la nueva versión de The Magnificient Seven, dirigida por Antoine Fuqua y protagonizada por un elenco de actores para los que no se han hecho miramientos con el talonario.
La verdad es que a pesar de algunos no muy buenos comentarios leídos de la crítica estadounidense, la película me ha entretenido bastante. Aunque toda la paraferniala que la rodea se vea demasiado artificial y la historia ya la conozcamos todos (añadir además que Fuqua se permite algunas licencias propias), no deja mal sabor de boca. Está bien rodada y las grandes estrellas no defraudan, así que no se le puede pedir maś. Eso sí, no es un western al uso si es lo que se espera, ya que se pierde todo el clasicismo
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