Música: Jerry Goldsmith Fotografía: Victor J. Kemper
Compañía: MGM
Intérpretes: Michael Douglas, Geneviève Bujold, Richard Widmark, Ed Harris, Elizabeth Ashley, Tom Selleck, Rip Torn, Lois Chiles, Joanna Kerns, Frank Downing, Richard Doyle
Sinopsis Una pareja de jóvenes médicos, Susan y Mark, está acabando su residencia en el hospital de Boston Memorial, donde tienen la esperanza de seguir trabajando a futuro. Todo sigue su curso normal, hasta que la mejor amiga de Susan cae en coma tras una sencilla operación. Ésta econtrará anomalías en los informes de los responsables y comenzará una investigación que la llevará a ganarse la enemistad del grupo directivo del hospital, pero aún así seguirá con sus indagaciones hasta descrubir algo sorprendente...
Aunque para muchos sea más conocido como escritor de novelas/guiones, Michael Crichton también hizo sus pinitos en el mundo del cine como director. Esta película fue su segunda incursión tras haber llevado a la gran pantalla otra historia propia, Westworld (1973), habiendo dejado bastante claro que también se sabe manejar dando órdenes tras las cámaras. La historia que tomó como referencia fue la novela de otro gran escritor, Robin Cook, igualmente titulada y de la cual extrajo un guión cargado de suspense al más puro estilo hitchconiano. Seguramente le puso la guinda añadiendo sus altos conocimientos en medicina, con lo que además aumenta la credibilidad del producto final...
No sería la última vez que se trataba un tema como éste, pero seguramente fue de las primeras en que lo hacía de tal manera que removió a la sociedad con la posible existencia de un mercado negro movido por las clases más altas. Éste fue el motivo por el que la novela de Cook sería su primer gran boom y por el que Crichton tomaría partida un año después para llevarla a pantalla. El caso es que se partía de un material bastante bueno y no se echó a perder, como ha sucedido (y seguirá sucediendo) con otras adaptaciones de best-sellers.
Crichton tiene la buena mano de conseguir mantener el suspense que va in crescendo desde el inicio de la película hasta su desenlace, acabando en su tramo final con un intenso thriller que atrapará a más de uno. Consigue en algunos momentos desviar la atención del espectador hacia otros indicadores, jugando al despiste e intentando así no evidenciar o desvelar las intenciones de los protagonistas, dejando solamente en claro la investigación llevada por la doctora Susan. Una interpretación sublime que realizó la actriz Geneviève Bujold, dotando de la intensidad necesaria al personaje cuando más se necesita y mostrando más debilidad en los momentos en que la incertidumbre planea sobre su psique.
Y hablando de actores, el otro puntal sobre el que se sustenta la historia es la pareja de Susan, Mark, el cual está interpretado por un jovencísimo Michael Douglas en uno de sus primeros papeles protagonistas. Aquí ya comenzaba a mostrar que las dotes como actor no eran solamente heredadas por genética, sino que podía valer para ello. Cabe destacar también, como detalle anecdótico, los papeles secundarios de Ed Harris y Tom Selleck, otros dos grandes actores que verían la fama más adelante en sus respectivas carreras.
Cabe destacar también la genial banda sonora compuesta por el ya conocido en aquel entonces Jerry Goldsmith, la cual también crece al mismo ritmo en que la historia desvela los parámetros para su desenlace. Esto, junto al buen hacer con la cámara que tiene Crichton para moverse dentro de las instalaciones del hospital y crear así la tensión adecuada, nos dice que el buen trabajo resultante no es producto de la casualidad, y por ello aún viéndola hoy día aún sigue tan viva como en su momento. Una pequeña joya que seguramente ha pasado desapercibida por más de uno y que debería rescatar para concederle al menos un visionado...
Pues cuando la vi, hace ya bastantes años, me pareció bastante maja...aunque podría haber sido mejor. Creo sinceramente que Michael Chrichton, que entonces estaba empezando como director, si no recuerdo mal, no supo sacar más partido de su propia historia. Pero tiene elementos muy positivos, como la gran interpretación de la siempre excelente Genevieve Bujold, y del gran Richard Widmark, en un papel que le viene como anillo al dedo, aunque ya se sabe que este genial actor (al que nunca le dieron un Óscar, para vergüenza ajena) hacia maravillosamente tanto de bueno como de villano.
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Hola, amigo,
ResponderEliminarPues cuando la vi, hace ya bastantes años, me pareció bastante maja...aunque podría haber sido mejor.
Creo sinceramente que Michael Chrichton, que entonces estaba empezando como director, si no recuerdo mal, no supo sacar más partido de su propia historia.
Pero tiene elementos muy positivos, como la gran interpretación de la siempre excelente Genevieve Bujold, y del gran Richard Widmark, en un papel que le viene como anillo al dedo, aunque ya se sabe que este genial actor (al que nunca le dieron un Óscar, para vergüenza ajena) hacia maravillosamente tanto de bueno como de villano.
Un abrazo a todo/as.