El eslabón podrido

Un cuento sobre la desesperación...

• Título traducido: El eslabón podrido
• Director: Valentín Javier Diment
• Guión: Martín Blousson, Sebastián Cortés, Valentín Javier Diment, Germán Val
• País: Argentina Año: 2015
• Música: Sebastián Diaz  Fotografía: Fernando Marticorena
• Compañía: Blood Windows
• Intérpretes: Germán de Silva, Valentín Javier Diment, Marilu Marini, Luis Ziembrowski, Paula Brasca, Marta Haller, Sergio Boris, Susana Pampin, Lola Berthet
• Género: Terror, Drama

Sinopsis
En un pueblo rural de Argentina no viven más de veinte habitantes. La pequeña sociedad que tienen provoca que se conozcan demasiado entre ellos y sepan todo lo que hace cada uno. Pero una mujer querrá lo mejor para su familia intentando evitar al resto del poblado, enseñándoles que tienen que hacer. Aunque su hija que ejerce de prostituta y su hijo que es retrasado, lo tendrán complicado para salir adelante...

Estamos ante una película que no es de terror al uso, sino más bien un cuento pseudorealista  que quiere expresar la decadencia existente en las zonas rurales del interior de Argentina. Ralentizada y desesperante en algunos momentos, la sensación de agonía que provoca en el espectador es buscada, a mi parecer, por el director de la película. Una historia sobre la supervivencia de una familia que quiere permanecer segregada del clan formado por el resto del pequeño poblado.

El panorama con el que nos encontramos desde un principio es anómalo por si solo, ya que nuestra familia protagonista la forman una matriarca senil, su hija que ejerce de prostituta y un hijo retrasado que se dedica a vender leña que él mismo corta. A partir de aquí se entrelazarán varias historias que tendrán como principal foco a la joven muchacha y su relación con el resto de pueblerinos, condicionada básicamente por su trabajo en el burdel.

Hay que decir que la película se sostiene muy mucho gracias al excelente trabajo de los protagonistas principales, los cuales firman una actuación tan creíble como el guión requiere. Y es que exceptuando el tramo final en que se hace valer la etiqueta de película de terror, el resto se desarrolla en base a los diálogos y a sus silencios, con lo que la interpretación és la punta de la pirámide de esta película.

Así pues, un trabajo no muy para todos los gustos pero que acabó llevándose el gato al agua en la pasada edición del FANT. Un tipo de cine muy de autor que cada vez se va introduciendo más y más en el circuito festivalero, pero que contadas veces llega a las salas comerciales. Esperemos que esta filosofía vaya cambiando con el tiempo...