Sinopsis Glass es un explorador que, junto a su hijo mestizo, son contratados para guiar a un equipo de cazadores por las montañas estadounidenses, los cuales se dedican a la venta de pieles. Pero tras el ataque de una tribu india a su campamento causando la pérdida de varios hombres, las cosas comenzarán a tensarse entre ellos, especialmente con uno de los tramperos, Fritzgerald...
Es curioso cómo un mismo director puede causar tanto revuelo dos años consecutivos, pero es lo que realmente está sucediendo con Iñárritu y su cine. Si con su anterior película, Birdman, ya tuvo un merecido reconocimiento por parte de la crítica y del público, ahora también está cosechando muy buenos comentarios. Y es que no es para menos. Alejándose totalmente de aquella comedia disfrazada de drama, ahora nos trae un western de aventuras, aunque no tan clásico como los que estamos acostumbrados a ver. Y es que parece que lo convencional no funciona con este hombre...
Está basada en una novela de Michael Punke, en la cual recopilaba toda la documentación de la investigación que había llevado a cabo este escritor sobre la vida real de Hugh Glass, nuestro protagonista. Una historia de venganza y redención ubicada a principios del siglo XIX, bastante conocida en la cultura popular estadounidense. Iñárritu consigue llevarla a la gran pantalla, después de varios intentos por parte de otros directores, con una solvencia magistral que acabará encumbrando las hazañas de aquél explorador.
Y es que aunque el guión nos pueda parecer de lo más sencillo del mundo (que lo es), se le saca tanto partido a los recursos estilíticos que provocan en el espectador una muy cercana complicidad con el protagonista, haciéndonos sentir cada frame que pasa como si estuviésemos allí mismo. Solamente con esos primeros 10 minutos de arranque ya nos pone en situación, avisándonos que lo que va a venir después no va a ser de fácil digestión. Muy intensa en el primer tercio con imágenes realmente duras y relajándose progresivamente hasta el genial desenlace, toda ella es un espectáculo para todos los sentidos.
Este director sabe manejar la cámara de maravilla, que junto a la fotografía de Lubezki (el cual quiso rodar todas las escenas con luz natural...) hacen un tándem realmente excepcional. Esa forma de narrar la historia con largos planos secuencia involucrándonos en la acción, primeros planos en los que sentimos el respirar del protagonista o las geniales tomas panorámicas para mostrarnos la belleza de los paisajes, hacen que casi no se necesite diálogo alguno para seguir la película. Solamente con la magnífica banda sonora que acompaña a las imágenes hubiese bastado para complacer al espectador.
Pero como también es un gran director de actores, aquí se permite manejar a uno de los grandes del momento, Leonardo DiCaprio. Una interpretación que, seguramente, le ha llevado al límite a causa de las condiciones del rodaje y de las escenas a realizar. Posiblemente de lo mejor que ha hecho en su carrera. Igualmente no hay que dejar atrás a Tom Hardy haciendo de némesis del protagonista, ya que con un papel que le relega a un segundo plano absorbe todo el foco cuando aparece en pantalla.
En fin, una película que seguramente no será para el gusto de todos los espectadores, pero que para mí es sin duda de lo mejor que he visto en mucho tiempo. No es perfecta, ya que tiene algún que otro detalle que no me ha acabado de encajar, pero que quedan perfectamente pulidos si se mira todo el conjunto. Sin duda estamos ante un director que parece que aún le quedan muchas cosas que decir en la gran pantalla...
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