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TerrorMolins

26 enero, 2016

The Hateful Eight

Tarantino se reencuentra consigo mismo...

Caratula
  • Título traducido: Los odiosos ocho
  • Director: Quentin Tarantino
  • Guión: Quentin Tarantino
  • País: Estados Unidos Año: 2015
  • Música: Ennio Morricone  Fotografía: Robert Richardson
  • Compañía: The Weinstein Company, Double Feature, FilmColony
  • Intérpretes: Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh, Bruce Dern, Tim Roth, Dana Gourrier, Demian Bichir, Walton Goggins, Michael Madsen, James Parks, Channing Tatum, Zoë Bell
  • Género: Western, Comedia
Sinopsis
Aún está reciente el final de la Guerra de Secesión y los cazarrecompensas han aumentado a causa del incremento de criminales buscados por la ley. Uno de ellos se dirige hacia Red Rock para cobrar un suculento botín, la cual lleva encadenada a sí mismo para que no se escape. De camino se topará con otro compañero de oficio y con el futuro comisario de la ciudad donde se dirigen. Pero una fuerte tormenta hará que se detengan para refugiarse en una cabaña, la cual les deparará más de una sorpresa...

Después de todos los contratiempos que han habido antes del rodaje, Tarantino ha conseguido mantener la expectativa de su última película, la octava en su trayectoria (si contamos Kill Bill como una sola) tal y como define en los títulos de crédito iniciales de la misma. Un último trabajo en el que se hace un homenaje a si mismo, recuperando clichés de sus anteriores películas más que de otros clásicos de culto como ha ido haciendo hasta ahora, definiendo en la máxima expresión su propio estilo, el cine Tarantiniano con el que se ha denominado en varias ocasiones. Muy cargado de densos diálogos que para muchos no parecen llevar a ningún sitio, las más de tres horas que dura seguramente no serán del todo agradables a todos, pero al que le guste será muy disfrutable...


La película está rodada en clave de Western, pero no siendo tan comercial (o mejor dicho, para un público más amplio) como lo era Django Unchained, ya que el ochenta por ciento de la película se desarrolla en interiores y se basa principalmente en los diálogos. El motivo principal de volver al género es por la genial crítica que hace de la fundación de una nueva nación como fue la de los Estados Unidos, donde aún quedaban muchísimas asperezas por limar, la principal de ellas, el racismo. Una protesta que se muestra sin sutilezas e inteligentemente en boca de los diferentes perfiles que ha propuesto para los actores protagonistas.

Pero no solamente cautiva por los hipnotizantes diálogos, sino que además no los filtra y los acompaña con un nivel de violencia que sorprenderá a más de uno (tanto para bien como para mal). Ese nivel de agresividad es como el que ya se encontraba, por ejemplo, en la genial Reservoir Dogs. Y es que como ya he comentado, es un tributo a sí mismo. Podemos ver similitudes con todas sus películas anteriores, desde dividirla por capítulos como en Pulp Fiction a rescatar personajes como el interpretado por Cristoph Waltz en Django Unchained, que ahora recupera genialmente Tim Roth.

Una propuesta que gana puntuación gracias a las geniales interpretaciones de los protagonistas, trabajo que logra muy bien Tarantino con su dirección y el saber hacer. Todos ellos tienen su momento estelar dentro del film, aunque para mi son muy destacables el trío maravillas formado por Jackson, Russell y Jason Leigh. Este formato de película en forma de Cluedo hace que haya una interactividad total entre ellos, entrando y saliendo de escena cuando es necesario para darle esa continuidad y ritmo que tan bien maneja el realizador.

Y es que con la excentricidad (o acierto) de que Tarantino quisiese recuperar los 70mm para rodar esta película mayormente ubicada en interiores, se llena tanto la pantalla con primeros planos que mete al espectador dentro de la propia conversación. No cabe decir, por supuesto, que el resto de metraje rodado en exteriores es sencillamente espectacular, que además acompañado de una banda sonora del también recuperado Enio Morricone, hace que nos envuelva dentro de su causa.

En definitiva es una genial película, quizá más disfrutable para el fan de Tarantino que para el espectador general, pero que seguramente no dejará indiferente a ninguno. Pero lo mejor de todo es que habrá silenciado a todos aquellos detractores que siempre han dicho que este era un director de collages, haciendo películas componiendo trozos de otras (cosa que también hay que saber hacer) muy lejos de su primer trabajo, el cual le encumbró. Aquí da un puñetazo sobre la mesa y demuestra su estilo propio, único e inconfundible, con el que le reconoceremos para el resto de los días...

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