El Gilliam de antaño vuelve a la carga...
- Título traducido : The zero theorem
- Director : Terry Gilliam
- Guión : Pat Rushin
- Productor : Dean Zanuck, Nicolas Chartier, Christoph Waltz
- País : USA, Rumanía Año : 2013
- Compañía : Voltage Pictures, Zanuck, MediaPro Pictures
- Intérpretes : Christoph Waltz, Mélanie Thierry, David Thewlis, Lucas Hedges, Matt Damon, Tilda Swinton
- Género : Drama, Fantasía, Ciencia Ficción
Gracias a ser reiterativo con la Dirección acusando su mal estado físico, nuestro protagonista, empleado de una corporación que desarrolla software, consigue realizar su trabajo desde casa, aislado de la sociedad. Pero a cambio tendrá que desarrollar un nuevo y complicado proyecto, descifrar el teorema cero, con el que se podrá descubrir el significado de la existencia, o lo que es lo mismo, los orígenes del universo...
A mi la atmósfera de ésta me recuerda mucho a su genial Brazil, donde nos transportaba a un futuro en el que las máquinas tenían prácticamente el poder sobre las personas, quedando como esclavos de una sociedad demasiado automatizada. Aquí, aunque la estética sea futurista, parece que nos esté hablando del presente, también acosados por las nuevas tecnologías y el manejo de la información. Pero aparte de lo estrictamente visual, tan característico de este director, también nos llena la película de personajes surrealistas, estrafalarios y con cierto humor que oscila entre la parodia y la crítica.
Se pueden destacar los dos principales protagonistas que son Christoph Waltz y Mélanie Thierry, los cuales sellan una magistral actuación y bordan con un sobresaliente las locuras que se le pasan por la cabeza a Gilliam. La historia que nos cuenta es casi personal, en la que trata el problema de la apatía hacia la sociedad y la falta de cariño hacia otras personas. Nos muestra la evolución de nuestro protagonista desde su soledad, descubriendo poco a poco cómo ha cambiado el mundo exterior y cediendo a esos nuevos sentimientos de afecto, hasta llegar a encontrar el por qué de su existencia.
Claro está, esta película está realizada con su sello personal, nada convencional, el cual está lleno casi por igual tanto de detractores como de amantes de su cine. Pero así es como él mismo se identifica, y gracias a ello ha podido seguir haciendo películas lejos de las majors y del mainstream. Por un lado esto le da cierto nombre como autor personal, pero por otro se queda apartado del circuito comercial, relegado a festivales de cine o directamente a vídeo doméstico, donde solamente será disfrutado por los que le conocen y siguen. Pero bueno, los que hemos tenido suerte de disfrutar este último trabajo, podemos decir que ha vuelto el Gilliam de aquella ciencia ficción tan surrealista que nos cautivó en su momento...
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