17 octubre, 2013
Después del desastroso día de ayer, en cuanto a problemas técnicos se refiere, hoy ha rondado otra vez el fantasma de los pesares. En la primera sesión que he ido a ver se ha vuelto a cortar por un momento la película. Por suerte, esta vez ha sido momentáneo y casi al comienzo, con lo que se ha empezado desde el principio otra vez y se ha solucionado.
Así pues, la primera del día ha sido en Auditori, Big bad wolves.
Genial película israelí en la que el thriller y el humor se reparten por igual. Quizá es un pelín previsible en cuanto a la trama principal se refiere, pero se perdona a favor de las pequeñas sorpresas que van surgiendo. Aparte, está muy bien realizada y no deja que el espectador se despiste en ningún momento.
Después ha tocado otra de las esperadas, Only lovers left alive.
Última película de Jarmusch, donde nos cuenta una historia de amor (sí, habéis leído bien) de dos vampiros que llevan habitando en la tierra desde hace siglos. Muy de su estilo, deja algunas pinceladas de humor de tanto en tanto para quitarle un poco de dramatismo. Me ha gustado bastante. Ha sido como un cuento para mayores de edad.
La siguiente a ver era una de las películas que parecía iba a ser uno de los descubrimientos del festival, The Philosophers.
Pues más bien ha sido todo lo contrario, una gran decepción. Película muy lenta y con un juego psicológico nada atractivo. Nos cuenta cómo un grupo de estudiantes de filosofía se desenvuelven ante tres posibles situaciones de catástrofe mundial, debatiendo moralidad y ética en diversas situaciones que se presentan para su supervivencia. No me ha gustado mucho.
Y por fin, quizá, la más esperada de todas, Jodorowski's Dune.
Documental que nos explica de la misma boca de Alejandro Jodorowski los dos años que duró el proceso de pre-producción para poder llevar a la gran pantalla por primera vez la novela Dune. Tal y como cuenta, quería hacer lo más grande que jamás se hubiese hecho, pero por problemas con las productoras, nunca se pudo realizar. Eso sí, dejó un legado del que se aprovecharon muchos grandes éxitos de la ciencia ficción que vendrían después. Genial documental, tanto para quien conocía la existencia de este proyecto como para quien no.
Y como no, después no podía ser otra que La danza de la realidad.
Última película de Jodorowski, el cual no había rodado ninguna desde hacía 23 años.Nos explica desde su punto de vista tan surrealista los primeros años de su vida personal, o más bien, la de su padre. No está mal, pero es un estilo de cine al que me cuesta mucho introducirme.
Y con esto he terminado el día. Ya no había más combinaciones a las que pudiese ir para aprovechar, así que he ido para casita.
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