Tras pasar ayer el martes gris, hoy ha tocado el miércoles negro. Han tenido problemas con el sistema de proyección del Auditori, provocando que en la primera y segunda sesión se acumulara una hora de retraso al cortarse la proyección de las películas. Y para poder mantener los horarios del resto del día, se ha optado por cancelar la tercera película.
Yo he empezado a partir de la segunda sesión, Open grave.
Película que tiene un comienzo brutal, pero que a medida que avanza va perdiendo fuelle, dejándonos cabos sueltos y otros un tanto incomprensibles. Aún así, la veo bastante correcta y al menos entretenida.
Después de perder toda la mañana con los retrasos y habiendo visto solamente una película, he decidido cambiar de planes y bajar al cine Prado a ver una de esas apuestas arriesgadas de este año, Computer chess.
Ha sido la película más nerd del festival. Nos sitúa a mediados de los '80, cuando el desarrollo de software para ordenadores estaba en pleno auge. Muestra de una manera muy cómica la convención que se celebra en un hotel, donde se dan cita 8 equipos de programación de juegos de ajedrez, y en el que competirán por saber cuál es el mejor. Rodada con una cámara Sony AVC de la época en blanco y negro, le da ese toque aún más freak si cabe.
Y por no volver al Auditori, desconociendo si ya se había arreglado la situación, me he quedado a ver la siguiente, Willow creek.
Película del amigo Bobcat, realizador de otra joyita que vi el año pasado, God bless America. Aquí vuelve a criticar un sector de la sociedad estadounidense pero utilizando el formato del found footage, aplicando un tono más terrorífico al final de la cinta. Se basa en una pareja de jóvenes que quieren documentar todo lo relacionado con el avistamiento que se produjo en los años setenta de un Bigfoot en el parque natural de Willow Creek, desde la gente de la zona hasta intentar dar con el espécimen. Para no gustarme este tipo de películas con cámara en mano, he de decir que supera la media.
Después he pasado al Retiro a ver On the job.
Thriller filipino con mucha acción donde vuelven a poner en compromiso las autoridades policiales. Me ha recordado un tanto a Infiltrados, por el tema de la mafia y de la corrupción, aunque la trama poco tiene que ver. Muy entretenida.
Y quedándome en la misma sala, he esperado con alegría a ver el siguiente título, Only god forgives.
Para mi ha sido la película del festival sin lugar a dudas. Ha tenido muchas opiniones divididas, pero solamente blanco o negro, nada de grises. Yo me he quedado en el lado del blanco, y además nuclear. Aparte de la genial fotografía y de la atmósfera tan sórdida que crea, la línea argumental de un tramo en la vida del personaje me parece estupenda y muy atrapadora. Estilo muy personal, que a un servidor le empieza a gustar cada vez más.
Y con la conciencia tranquila por ver que el día ha terminado en condiciones, me he quedado por allí para ver Frankenstein's army.
Película con la que me he llevado una decepción, ya que esperaba más, o si mas no, otra cosa distinta. Con un genial diseño de criaturas y una historia que parecía que podía dar bastante de sí, se ha quedado en una película bastante convencional y demasiado de serie B. Tenía una idea de que tiraría por un lado algo más cómico, pero se lo han tomado demasiado en serio. Tanto que se ha quedado en nada.
Y de aquí para la cama. Aunque el día haya comenzado con bastante mal pie, al menos ha terminado como Dios manda (el único que perdona...).
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