Volvió el gran Álex...pero a medias...
- Título traducido : Witching and Bitching
- Director : Álex de la Iglesia
- Guión : Jorge Guerricaechevarría, Álex de la Iglesia
- Productor : Enrique Cerezo
- País : España, Francia Año : 2013
- Compañía : Enrique Cerezo, La Ferme!
- Intérpretes : Hugo Silva, Mario Casas, Javier Botet, Gabriel Delgado, Carmen Maura, Terele Pávez, Carolina Bang
- Género : Comedia, Terror
Sinopsis
Tras haber robado una tienda de compra de oro, los dos desesperados delincuentes y el hijo pequeño de uno de ellos roban un taxi. Tras conseguir despistar a la policía deciden que la mejor opción es huir a Francia con el botín. Para ello tendrán que cruzar la frontera por Navarra, concretamente por Zugarramurdi, lugar misterioso por una antigua leyenda de brujería. Pronto se darán cuenta que las leyendas no son tal, si no que es tod pura realidad...
Después de haber tenido éxito con aquella Balada de trompeta y tras el pinchazo que pasó casi inadvertido por la audiencia, La chispa de la vida, Álex de la Iglesia vuelve al género que le hizo más famoso y por el que los aficionados a este género teníamos ganas de revivir. Esa comedia terrorífica que es El día de la Bestia (a mi parecer su mejor trabajo, quizá compartido con La comunidad), nos dejó marcados por la genialidad con que el director movía todos sus componentes, haciendo una película de lo más surrealista y divertida. Ahora ha querido revisitar todas esas sensaciones de nuevo, volviendo a las vísperas de un apocalipsis otra vez, pero esta vez con un entorno más clásico como es la brujería...
Lo que pasa es que quizá haya pecado un poco al subir a otro nivel en ese surrealismo, y lo que podría haber sido otra genialidad, se queda en una buena película con un leve detalle a olvidar (o al menos a intentar ignorar un poquito...). Quizá haya sido porque desde el inicio de la película, Álex nos malacostumbra con una subida de adrenalina que hacía tiempo no había vivido, y esperamos que siga así hasta los créditos finales.
Porque la verdad, en esa primera hora de metraje, no he parado de reír casi para nada. Desde el robo hasta una vez entrado el segmento de Zugarramurdi, no te da tiempo a absorber prácticamente todo lo que sucede en pantalla. Pero a partir de ahí, y cuando comienzan los rituales, inexplicablemente se hace demasiado extenso e insulso, y ese es su pequeño problema. Después de tener al espectador en la saca con el que se puede hacer prácticamente lo que quieras que te va a responder (casi como si de un monologuista se tratara), esa adrenalina inicial va desapareciendo poco a poco sin dejar ni rastro una vez ha terminado. Por eso que, tras prometer demasiado al comenzar, el regustillo final que deja no es muy agradable.
En cuanto a los actores, se lo curran bastante, sin excepción. Por fin Hugo Silva encuentra su salsa y Mario Casas hace lo que más sabe hacer (cuidaoooooooo). Las brujas, distintas todas ellas, a cual mejor interpretada, y destacando a Terele Pávez que solamente con gesticular ya te partes. Quizá la señorita Macarena se excede un poco en su interpretación, y el niño se hace un poco monótono, pero es muy perdonable.
Y aquí también hay que hablar de los efectos, que en este caso, aparte de los físicos como maquillajes y demás, también hacen cuenta de un buen puñado de los digitales. Lástima que la imaginativa se desborde demasiado, pero bueno.
En fin, una película entretenida, pero con un único sube-baja. Un sube genialísimo y un baja para olvidar. De todas maneras se agradece que en estos días alguien aún saque este tipo de trabajos, ya que se ha demostrado que el público responde. A la espera de la siguiente genialidad de este director...
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