08 octubre, 2017
Ayer comenzaba el fin de semana y eso se notó en la masiva afluencia de visitantes al festival, el cual ofrecía atractivas alternativas a las salas de cine como la ya famosa Sitges Zombie Walk o alguna que otra master class muy interesante. Se nota que cada vez el festival va llegando a más gente y eso es de agradecer. También se apreció en la programación, donde se pudieron ver algunos de los trabajos que venían sonando desde hace ya algunas semanas.
Para comenzar la mañana, Muse de Jaume Balagueró.
Tras unos años sin presentar una película propia, Balagueró vuelve a ponerse detrás de la cámara para traernos un cuento de terror con trasfondo literario, el cual no acaba de funcionar del todo bien. En ningún momento he conseguido entrar dentro por su falta de ritmo, pero sobretodo por la carencia de una atmósfera que crease algún tipo de sensación en el espectador. Una historia que ha convencido muy poco, con algunas escenas incoherentes que la lapidan aún más. Una pena.
Después he podido ver The Book of Birdie de Elizabeth E. Schuch.
Previo a su visionado parecía una interesante propuesta, pero tras una atractiva primera parte, la película ha entrado en un bucle para recurrir una y otra vez al mismo tema, centrándose muy mucho en la sangre. Al final no he sido capaz de entender el mensaje que quería ofrecer al espectador saliendo de la sala bastante decepcionado.
Y tras el palo anterior, la brasileña O Animal Cordial de Gabriela Amaral.
El desarrollo en espacios pequeños con diversos y diferentes personajes que derivan en una historia casi sin sentido me atraen, y esta es un claro ejemplo. Encerrados dentro de un restaurante, entre empleados y clientes comenzará a surgir cierta tensión que les llevará a una resolución algo sangrienta movidos por envidia, odio y egoísmo. Con un aspecto de bajo presupuesto, los actores se cargan con todo el trabajo de llevar la película adelante haciéndolo realmente bien. Una muy original y entretenida propuesta.
La siguiente en la lista fue la inglesa The Cured de David Freyne.
Teniendo como principal atractivo a la actriz Ellen Page y una sinopsis que parecía retomar un nuevo camino en el cine zombie/infectados, la película no me ha terminado de convencer. Tras toda esa parafernalia de infectados curados y reintegrados de nuevo en la sociedad, tiene toda la pinta de ser otra historia más sobre un conflicto político-social en toda regla, donde una minoría se enfrenta a todo un gobierno. Acaba siendo muy previsible.
Después he podido ver Replace de Norbert Keil.
Un nuevo trabajo en el que aparece como actriz secundaria la musa del cine de género Bárbara Crampton. Película de bajo presupuesto en el que propondrá los peligros de intentar prolongar la vida humana más allá de los límites naturales. No es una gran obra y está plagada de defectos, tanto en la forma como en el fondo, pero bajo mi punto de vista se deja ver bastante bien. Entretiene y punto.
Y para terminar la jornada, Mom and Dad de Brian Taylor.
Brutal comedia negra con una propuesta muy original y divertida, donde nos dará una solución para acabar con la monotonía de la rutina familiar. Un Nicholas Cage como hacía tiempo que no veía, lo borda con su actuación basada principalmente en la sobreexpresión facial (sí, así es). Toda ella es muy entretenida, pero el remate final es para tirar fuegos artificiales. Muy recomendable.
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