Pues otro año más en que el festival se me ha pasado volando. Han sido nueve días en los que, como siempre, han proyectado películas de gran variedad para contentar a todo tipo de espectadores. Este, desde hace años, es y será uno de los puntos muy a debatir por todos, ya que se le está dando más espacio (e importancia) a películas que no son tan del género, relegando estas últimas prácticamente a un segundo plano. Hay tanto detractores como defensores de esta política en la programación, pero es que es muy difícil contentar a todo el mundo. Lo más importante respecto a este tema es que el festival no pierda su identidad, la que queda definida en su propio nombre y que hace que el aficionado al cine de género acuda cada año.
Aún así, la organización del festival sigue avanzando en mejorar cada año en todos los aspectos, siendo la más destacable en esta edición la incorporación de una sala nueva, la Tramuntana. Bueno, ciertamente no es nueva del todo, ya que existía desde hace tiempo aunque dedicada a otros menesteres como las master class, conferencias,... Este año se ha habilitado como sala de proyecciones, desahogando mucho la programación del resto, sobretodo del Auditori. No es lo mismo, está claro, ya que la propia sala en sí no permite que el equipo audiovisual sea como en un cine habitual, pero se ha comentado que lo mejorarán para la siguiente edición.
Respecto a las películas, he podido ver más de sesenta este año, con muchas sorpresas, decepciones y algún que otro descubrimiento. Ha habido mucho cine documental, cosa que agradezco, donde he podido ver la vida de tres grandes artistas. He vuelto a creer en el cine de acción de Hong Kong y ver como se mantiene en forma el coreano. Y como no, películas de bajo presupuesto en el que los directores se esfuerzan (y lo consiguen) en exprimir los pocos recursos para realizar una buena película. Eso sí, en esta edición coincido plenamente con la decisión tomada por el jurado para la entrega de premios (creo que ha sido el primer año en el que me ocurre esto). Las he podido ver todas y mis cábalas no iban muy desencaminadas.
En fin, que espero que la edición del año que viene sea igual o mejor que esta. Entiendo que los esfuerzos por tener un festival de estas características es muy grande, ya que como en todos los sectores la crisis ha hecho mucho daño, y no ha sido menor en este caso. Es muy difícil que las productoras se vuelquen con películas de género o apuestas arriesgadas, optando más por la vía fácil, provocando que se tenga que doblar el esfuerzo para conseguir una buena selección en la programación del festival. De todas maneras, creo que se empieza a notar otro resurgir de este tipo de cine y seguro que el año que viene veremos una buena cosecha. Ya he empezado la cuenta atrás...
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