Sitges 2014 ~ Día 8

No sé que me ha pasado hoy pero prácticamente casi todo lo que he visto me ha parecido cortado con el mismo patrón. ¿Será por el cúmulo de películas que llevo metidas en la cabeza?¿O será porque realmente ya empieza a haber una falta de ideas y todos se centran en rodar de la misma manera? No lo sé, pero empiezo a preocuparme.

La primera de la mañana ha sido lo mejor del día, It Follows. Película de terror realizada sin utilizar efectos especiales complejos, cosa que da más inquietud todavía. Se basa totalmente en una atmósfera muy bien lograda, gracias en parte a la genial banda sonora que la acompaña. La historia me parece bastante original, aunque parezca que ya esté vista en otros títulos. Muy bien.

Y ya echaba de menos los thrillers (LoL), por lo que la siguiente ha sido la australiana The Rover. Sin más, nos mete en un embrollo de persecución y matanza bien conseguido que se va cociendo lentamente hasta llegar al clímax final. La actuación de Pearce es realmente genial.

The Signal ha sido otro título de ciencia ficción al que le tenía ganas. Unos chavales con conocimientos en piratería informática consiguen dar con la ubicación de un contrincante que les ha estado poniendo ha prueba durante un tiempo, pero no es lo que parecía. Tiene un comienzo muy bueno, pero a medida que va pasando el tiempo y se acerca al final, empieza a desmadrarse hacia una conclusión que me ha parecido un gran despropósito hacia el espectador.

Después he visto When Animals Dream. Me ha parecido una reversión del clásico ochentero TeenWolf, pero pasado por el colador del cine escandinavo. Sin humor (o con muy poquito), esta película va pasando lentamente, entrando en la personalidad de los personajes principales y quienes le rodean, y acelerando al final con un buen toque de violencia. Correcta, aunque tampoco mata.

Y esta sí que ha sido otra de las sorpresas para mí, What We Do In Shadows. Está rodada en modo de falso documental (aunque sin cámara-tembleque) y nos muestra cómo es la vida de un grupo de vampiros que comparten piso en una ciudad de Nueva Zelanda. Tomándoselo a coña todo el rato, tiene algunos puntos que son realmente muy buenos. Genial parodia del vampirismo.

Y para acabar, una de nórdicos, Sword of vengeance. Prometían sangre y vísceras y no ha dado la talla. Típica historia en la que los recursos con la cámara no tapan las flaquezas en casi todos los aspectos. No ha pasado del mero entretenimiento.

Eso ha sido todo por hoy. Mañana es el último día y tengo previsto ir a la maratón sorpresa del Auditori. A ver si el cuerpo me aguanta.

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