Sitges 2014 ~ Día 3

Hoy ha amanecido con lluvia, pero ha aguantado el resto del día. De todas maneras, para estar todo el día metido en la sala tampoco ha importado mucho. Jornada más larga que ayer, pero bastante productiva.

Para empezar el día, una película que muchos ya comentan que ha sido lo peor del festival, The distance. La verdad es que más de uno se habrá quedado frito mientras la proyectaban, ya que aparte de tener muy pocos diálogos es muy, muy lenta. De todas maneras, no sé por qué, pero a mi me ha enganchado desde el primer momento y no me ha dejado tan mal sabor de boca como a la mayoría (¿o ha sido a todos menos a mi?).

Acto seguido y después de escuchar las ínfulas de la película anterior, I Origins ha sido como un estimulador del personal. Me ha gustado bastante. Intentan, con experimentos científicos, demostrar la reencarnación del espíritu en otras personas. Se nota una buena documentación de Cahill y es bastante creíble, dentro de los límites.

Y la siguiente, para mí, es una de las candidatas a llevarse, si no el gordo, uno de los premios importantes del festival, The Guest. Buenas dosis de comedia negra y thriller a partes iguales, esta película nos ofrece un espectáculo desde que comienza hasta que termina. Muy buen ritmo sin dejar que el espectador pierda la atención a la pantalla. 

Despúes ha caído The Midnight After, una de las que tenía ganas por dos aspectos, ser coreana y tocar la ciencia ficción. No sé si me he llevado desilusión porque iba con el hype bien alto o porque realmente le ha costado muchísimo arrancar (si es que lo ha hecho en algún momento). 

Y después de que me dieran con la puerta en las narices para ver Magical Girl de Vermut, he decidido cambiar el plan y meterme en el cine Retiro donde proyectaban Montana. Creo que ha sido un acierto, porque es un thriller con muy buen ritmo, al más puro estilo de  Promesas del este (con permiso, ya que la comparación es facilona...).

Y cierto es que las películas de posesiones demoníacas dejaron de gustarme hace tiempo, pero esta parecía que aportaba cosas nuevas al subgénero. Nada más lejano, Home se queda en otra más de sustos fáciles con una historia que hace aguas por todos lados.

Y para irme con buen sabor de boca a la cama, Housebound. No tenía ni idea de lo que iba a ver, ya que entré de rebote. Quizá por eso me ha gustado y no tenía ningún tipo de expectativa, pero la verdad es que en esta película se juntan muchos tópicos clásicos del cine de género y los mete en una batidora que además contiene buenas dosis de humor.

Y ya está, unas 13-14 horas de cine para mis ojos y mi celebro, que de momento aún aguanta el tipo sin quejarse un pelo.

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