Bueno, otro año más que se ha pasado volando viendo un montón de películas, la mayoría de las cuales, si no es gracias a este festival, no podríamos verlas en pantalla grande.
Esta edición se ha decantado claramente por el producto nacional. La verdad es que últimamente se están realizando películas que nos hacen olvidar el típico estigma de españolada que teníamos marcado a fuego. Me parece una genial apuesta por parte de la directiva.
Por otro lado, se han proyectado más películas de línea más comercial, las cuales posiblemente veremos en los próximos meses (algunas hasta ya mismo) en las pantallas de nuestros cines. No se, quizá desde siempre he tenido claro el visitar este festival para tener la oportunidad de conocer películas que siendo buenas y muy buenas, que nunca podré llegar a ver en este país por culpa de las distribuidoras.
Destacar de nuevo el tema del cumplimiento de los horarios. Sí que es muy difícil controlar a tanto público para que esté ubicado en su sitio en el momento de comenzar, o si algún artista invitado está más de la cuenta en escenario. Pero lo que no se debe hacer es, si pasa esto, dejar de proyectar algún cortometraje para cumplir horario. Se han de preveer estas situaciones y reflejarlas en el programa, para que no haya sorpresa ninguna.
De todas maneras, esto son minucias que quedan muy apartadas de lo grande que es este festival, y de lo que ha crecido desde sus inicios (y desde que lo conozco también).
Esperemos que el año que viene tengamos una semana y poco más, tan fantástica como ha sido esta.
Hasta el año que viene Sitges....
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